Re: Otra reclamación y una duda
Aquí supongo que hay algo de una política de “agotamiento” de los reclamantes, imagino o “presuntamente” que también cuenta, porque ¿Cuántos desisten antes cuando ven el camino largo y tedioso? Para mí en la “teoría de los grandes números” esto es pasta, porque bien a los cuatro o cuatro mil que reclaman ¿Cuántos desisten? No tengo datos pero los que siguen/seguimos como “moscas cojoneras” no somos un porcentaje relevante, si importante pero no relevante en base a dicha teoría.
Os pongo un ejemplo que no tiene valor estadístico alguno, es solo un caso aislado, o uno dentro de los cuatro o cuatro mil casos aislados, tengo un conocido que “está metido de lleno” en uno de los swaps ya muy famosos en rankia y en el propios sistema financiero, este caballero tiene posibilidades de pagar y luego o mientras reclamar, este fue su elección, la cual comparto plenamente si uno tiene las posibilidades de poder con todo, cosa que tampoco es tan habitual, pues todavía no puede reclamar ante el DdC o el SAC porque le falta parte de la documentación para poder (a su juicio) plantear una reclamación con todas las garantías que él considera necesarias, pues resulta que al no conseguirla por la propia oficina o a través del departamento de “derivados” de la entidad financiera, ello a pesar de las reclamaciones escritas reiteradas sobre el particular, se ha visto obligado a poner una reclamación al SAC o al DdC, no sé exactamente a quien acudió, para conseguir la documentación, vamos una petición para hacer una nueva petición más tarde en relación al contrato, en fin para mi esto es presunta política de agotamiento, que creo que puede funcionar en algún caso, no en este precisamente. Con todo ¿es legal? yo creo que sin lugar a dudas ¿ético o coherente? Me temo que no, pero …… la ética que se aplica en las grandes compañías ¿es la misma que hace unos años? Yo creo que no, y lamentablemente las malas practicas de las grandes se acaban contagiando a las medianas o pequeñas, que nos dios nos pille confesados (para desgracia de los consumidores).