Brookfield y
la familia Grifols avanzan en su oferta pública de adquisición (opa) sobre
Grifols. El gigante canadiense y la saga catalana estudian los últimos detalles del futuro núcleo accionarial, en el que el grupo inversor tendrá la mayoría del capital de la firma de hemoderivados. La próxima estructura unificará la tipología de acciones, hasta ahora divididas en A y B para distinguir los derechos políticos de los económicos, en un solo tipo de título, según fuentes financieras consultadas por 'elEconomista.es'.
La decisión cambia el 'statu quo' que hasta el momento tiene la familia fundadora en la compañía, con el 30,8% de las acciones agrupadas únicamente bajo la tipología A, que dan plenos derechos económicos y políticos. Las B, en cambio, carecen de voto. Sin embargo, ante una opa tienen derechos económicos preferentes y además se establece una excepción por la que sí podrán votar. Son títulos en manos de accionistas de corte financiero, como Europacific Growth Fund, Jefferies Financial Group y Rokos Global Macro Master Fund.
Esta distinción propicia que la familia fundadora tenga en torno al 35% de derechos políticos frente al 30,8% de participación en el capital. Con la unificación, este desequilibrio se corregiría.
El tratamiento de estos títulos ha sido una de las batallas clave en la negociación hasta el momento. El fondo canadiense también había solicitado pagar un precio distinto por cada una las acciones, aunque con la misma prima. Los estatutos de Grifols marcan que ambas reciban el mismo trato económico y político en caso de una opa de exclusión, algo que condicionaba la oferta de Brookfield, habida cuenta de que las acciones con menos derechos políticos cotizan con descuento frente a las A (actualmente a 8,49 euros por acción). Brookfield no hizo comentarios tras ser consultado. Un portavoz de la familia y Grifols también declinaron participar.
El mercado ha dado muestras de su convencimiento de la oferta en las últimas semanas.
Las acciones A de Grifols cerraron ayer jueves en 10,66 euros, anotándose una subida del 8% desde el 8 de julio, día que trascendió el interés por una posible opa de exclusión conjunta y posteriormente confirmaron las partes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Este viernes los títulos saltan un 5,4% en una jornada en la que, al margen de estos nuevos detalles, los mercados reaccionan por primera vez a sus resultados. La compañía, no obstante, no ha recuperado todavía la horquilla de entre 14 y 15 euros en la que cotizaban las acciones A antes del ataque bajista de Gotham City en enero.
La operación afronta una semana decisiva. Brookfield ha pedido en los últimos días información a la familia fundadora sobre operaciones vinculadas, según avanzó 'Bloomberg' y ha podido confirmar este medio con fuentes del mercado. Otro aspecto a abordar es la búsqueda de financiación y la entrada de potenciales socios en la transacción. Sobre este segundo aspecto, el medio estadounidense publicó también que Brookfield estaba manteniendo conversaciones con distintos fondos soberanos, entre ellos ADQ (Emiratos Árabes Unidos) y GIC (Singapur).
La compañía, por su parte, dio acceso a sus libros a Brookfield el pasado julio, cuando anunció ante el supervisor bursátil que en la reunión del consejo de administración había designado a Morgan Stanley y Goldman Sachs como asesores financieros. En dicha cita se abstuvieron de participar los tres consejeros pertenecientes a la propia familia Grifols señalando un "potencial conflicto de interés".
El grupo reduce deuda
Grifols cerró el tercer trimestre del año con cifras que invitan al optimismo. La compañía ganó 88 millones de euros hasta septiembre, cifra que supone un aumento de 102 millones en relación con los 14 millones que perdió en el mismo periodo de 2023 gracias al impulso de 52 millones obtenidos en el tercer trimestre de 2024. Por otro lado, la deuda del grupo, principal talón de Aquiles de la farmacéutica, se redujo en 188 millones en los últimos tres meses, pasando de los 9.396 millones reportados en julio a los 9.208 millones.
El ebitda reportado hasta septiembre se sitúa en los 1.253 millones de euros. Esta cifra provoca que la ratio de apalancamiento ascienda a 6,1 veces el ebitda. La farmacéutica corrigió a principios de año este indicador y aseguró que cerraría el año en 4,5 veces. Con todo, la empresa tiene congelado el reparto de dividendos hasta que consiga reducir esta ratio hasta cuatro veces el ebitda. "La compañía sigue centrada en reforzar su perfil financiero como refleja, en el tercer trimestre, la asignación de la totalidad de los 1.600 millones de euros de ingresos procedentes de la venta de activos de SRAAS a reducir la emisión de bonos senior garantizados con vencimiento en 2025 y los préstamos LTB con vencimiento en 2027", explican desde Grifols.
La evolución del negocio de Grifols avanza de forma positiva este año en contraposición a los números que ha estado cosechando desde que estalló la pandemia. Tanto el negocio de medicamentos de plasma como la reducción del precio por litro de esta materia prima han provocado que la facturación ascienda en comparación con el año anterior. En concreto, los ingresos de Biopharma crecieron un 9,9%, hasta 4.455 millones de euros. Además, las ventas de la división de Diagnóstico aumentaron un 1,7% hasta 479 millones en los nueve primeros meses del año.
"Estoy orgulloso de los buenos resultados obtenidos en el tercer trimestre. Gracias a todo el equipo hemos logrado impulsar el crecimiento, mantener un disciplinado control de costes y avanzar en nuestras iniciativas de mejora continua. Con este trabajo en marcha y nuestros sólidos fundamentales, seguimos avanzando en la consecución de nuestros objetivos para 2024", dice Nacho Abia, CEO del grupo.
