Tal cual, el viaje fue más una puesta en escena geopolítica que una negociación comercial con retorno tangible para España. Lo triste es que mientras otros países cierran acuerdos bilaterales claros, nosotros vamos a posar para la foto... y encima con un coste económico brutal como ese que comentas: 6.000 millones de euros no es calderilla, y menos con las necesidades que hay dentro.
Y al final, como bien dices, China y Occidente están condenados a entenderse: su economía necesita demanda externa, la nuestra necesita producción y materias intermedias baratas. Todo lo demás son fuegos artificiales para mantener la narrativa política y cubrir la falta de estrategia real.
Eso sí, entre guerras comerciales, inestabilidad global y movimientos proteccionistas, el trading intradía y la volatilidad van servidos. ¿Tú crees que el mercado ya ha descontado esa tensión crónica con China o nos queda otro latigazo?
Por cierto, ¿sigues alguna empresa española que esté especialmente expuesta a este juego China-Europa? Hay algunas en industria, renovables y textil que podrían estar más en el punto de mira de lo que parece…