El presidente del BBVA, Carlos Torres, ha afirmado que el impuesto a la banca anunciado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, puede acabar "afectando negativamente" al consumo, inversión y recaudación, y defiende que "la mejor forma de recaudar más impuestos es que la economía crezca".
En una entrevista concedida a El Correo, recogida por Europa Press, Torres afirma, además, que la digitalización ha traído muchas ventajas a los clientes de BBVA y ha sido "clave en la pandemia", cuestión que es "compatible con no dejar a nadie atrás, en especial a los colectivos que tengan más dificultad para adaptarse a esta nueva fórmula de interactuar y a las herramientas que conlleva".
Tras señalar que en un momento de "tanta incertidumbre económica, debemos remar todos en la misma dirección", valora que los bancos tienen "un papel clave de apoyo a la sociedad", algo que hicieron "durante la pandemia y día a día apoyando a familias y empresas a través de los créditos".
"Entiendo también, y comparto, la importancia de corregir el déficit fiscal, reducir la desigualdad y proteger a los más vulnerables. Y para eso una mayor recaudación ayuda. Pero creo que esta no es la vía más adecuada", afirma en referencia al impuesto a la banca.
A su juicio, la mejor forma de recaudar más impuestos es que la economía crezca, ya que "mayor crecimiento implica no solo impuestos crecientes, también más empleo, más inversión, más prosperidad".
"Estamos a disposición del Gobierno para buscar las mejores fórmulas para que esto se produzca, porque nuestro sector puede ser una palanca fundamental. Por eso mismo, un impuesto especial a los bancos puede acabar produciendo un efecto contrario al que se pretende, porque la banca es un sector que está en el centro de la economía, es un servicio que habilita al resto de sectores", advierte.
En su opinión, los impuestos específicos a sectores deberían estar dirigidos a aquellos que generan externalidades negativas como forma de reducir su uso o consumo. "El sistema bancario no solo no genera externalidades negativas en el resto de la economía, sino todo lo contrario", destaca.
Por ello, cree que "penalizar" una actividad como la bancaria, que representa el sistema circulatorio de la economía y que, "por tanto, dinamiza al resto de sectores, se puede traducir en una restricción de los flujos de capital a proyectos de crecimiento".
"En lugar de ayudar a que haya más consumo e inversión, más crecimiento y más recaudación, en lugar de abaratar los servicios en un momento de elevada inflación, puede acabar afectando negativamente a todas estas variables. Y así se desprende de la evidencia internacional disponible. El objetivo de recaudar más con un impuesto especial al sector financiero lo que suele terminar generando es un menor crecimiento económico a largo plazo y, en consecuencia, una recaudación muy inferior a la esperada", detalla.
En este contexto, resalta que las entidades financieras españolas ya tienen un tipo del Impuesto de Sociedades del 30%, cuando "la tasa normal es del 25%", de tal forma que tienen "un gravamen superior al resto de sectores".
"Por otra parte, se habla de beneficios extraordinarios, pero lo que ha sido extraordinario han sido los tipos de interés negativos durante muchos años, tipos que han llevado a una rentabilidad negativa de la banca durante la última década", expresa, para añadir que "no es eficaz gravar con un impuesto especial los resultados que se derivan de una actividad normalizada".
Además, considera que la creación de impuestos específicos a sectores concretos, "especialmente cuando no son finalistas y no persiguen corregir externalidades negativas, suele generar una incertidumbre sobrevenida que puede llevar a que el efecto del impuesto sea contrario al que se persigue".
Asimismo, afirma que se vive una coyuntura económica de "incertidumbre" y es difícil saber qué va a pasar porque depende de cuestiones que pueden tener un impacto muy grave.
"Veníamos con un momentum muy positivo tras el covid y, aunque el crecimiento va a continuar, el efecto de la guerra en Ucrania ha sido grande. Y no solo económico. Primero como tragedia humana, que es lo más importante", manifiesta.
Pese a todo, sostiene que siguen viendo crecimiento este año, aunque con una tasa inferior para el ejercicio que viene. "Será una caída muy relevante frente a las estimaciones que teníamos hace unos meses", concreta.
Para Torres, quizá se pueda dar "una recesión técnica" y "previsiblemente, tendremos crecimientos negativos en el último trimestre de este año y en el primero de 2022". "Vuelvo a la incertidumbre, porque si tuviésemos cortes en el suministro de gas, por ejemplo, las probabilidades de una recesión más prolongada serían más elevadas", advierte.
PAÍS VASCO Y BILBAO
Por otro lado, y en referencia al anunció del banco de ubicar en Bilbao dos empresas dedicadas al desarrollo y la aplicación de tecnología digital, reconoce que el País Vasco y Bilbao, como ciudad, son muy relevantes para el banco ya que es "nuestra cuna, el lugar donde nacimos".
"El objetivo es cubrir este año cien puestos de trabajo de perfil tecnológico, principalmente desarrolladores e ingenieros de datos. Para el próximo año está previsto aumentar en otros cien empleos esos dos proyectos. De las personas contratadas hasta ahora, que son algo más de 60, el 75% es retención de talento. Son jóvenes formados en universidades vascas. El 25% restante lo constituyen personas que se han formado fuera", analiza.
También subraya que la actividad del banco en el País Vasco es "muy importante, con una notable presencia en banca privada". "Somos el primer proveedor para la mitad de las empresas vascas. Pero además queremos contribuir adicionalmente a que Bilbao sea una ciudad de referencia en otros ámbitos; en el cultural y el tecnológico, en el del conocimiento. Y eso lo hacemos creando empleo, también con el fomento en la cultura. Celebrar el acto de entrega de los premios Frontera del Conocimiento en Bilbao ha sido un acierto", resalta