Creo que en uno de mis primeros comentarios en este foro transmití una de mis máximas personales:
- “La forma política connatural al ser humano no es la Democracia, sino la Mafia”.
Que lleva como subtítulo:
- “Cualquier organización humana, de la más noble a la más mezquina, si se le da el tiempo suficiente se convierte en un “negocio de familia”.
Esas mafias no son como las de las películas: barriobajeros armados, son relaciones clientelares entre quienes ostentan posiciones de poder e intercambian favores, colocan a familiares y amigos, forman el capitalismo de amiguetes, pagan o recaudan mordidas, etc… Son también las que han corrompido la administración porque su entramado clientelar está profundamente imbricado en ellas, y a donde no llegan, se compran, porque casi todo el mundo tiene su precio.
También son las más interesadas en privatizar los servicios públicos, porque, por ejemplo, de un hospital privado se puede sacar bastante más tajada que de uno público, al igual que se puede sacar más tajada de una empresa de VTC’s que de un taxi o de una macrogranja que de una explotación extensiva ya que éstas empresas generalmente individuales ni suelen admitir socios capitalistas ni pagan mordidas.
Así que el que Vd. crea que la corrupción se puede erradicar con la privatización me parece casi una fantasía infantil, de hecho tampoco me parece que se pueda erradicar de la noche a la mañana con cualquier otra medida, en todo caso aumentar en lo posible los controles para tratar de mitigar sus peores efectos y que pueda tener más espacio la igualdad de oportunidades y la verdadera meritocracia, no esa con la que las mafias justifican la posición que ostentan, porque si alguien diera con la fórmula para desenmascarar sus tramas e intentara erradicarlas, créame que entonces sí se parecerían a las de las películas y defenderían sus privilegios a sangre y fuego, siempre, claro, que consiguieran reclutar la suficiente carne de cañón para llevar las escopetas en su nombre. De eso también hay sobrados ejemplos en la historia.
Ah, y otra cosa que suele mostrar la historia es que cuando se llega a esos extremos y uno de los bandos se alza en triunfo, una gran parte de la carne de cañón y los que la movilizaron son los primeros que sobran, por lo general después de haber dicho: “tampoco era esto”, si bien puede ser una buena oportunidad para que nuevos cerdos se conviertan en humanos y se integren en los negocios familiares.