Ninguna pregunta es tontería. Trato de ofrecer mi punto de vista:
¿Hay diferencia de un inversor a otro? Sí, sin ninguna duda. Cada persona invierte para alcanzar unos determinados objetivos (para complementar su jubilación, para adquirir un inmueble, para comprar un coche, para dejar en herencia…). Además, cada persona tiene una tolerancia al riesgo diferente, no todo el mundo es capaz de ver su cartera un -50% en un momento determinado, no todo el mundo puede permitirse una caída así si su inversión es a un plazo reducido.
La edad no es lo determinante. Como digo, lo importante es definir los objetivos -realistas- que se pretendan. Puedes tener 20 años y la necesidad de confeccionar una cartera a 3-5 años vista (el riesgo debería ser muy comedido) o tener 70 y tener un perfil agresivo porque el objetivo es dejarlo en herencia a sus nietos. Cada persona es un mundo con sus propias circunstancias.
Cuando se invierte se hace para obtener un determinado rendimiento. Puede ser aspiracional con un riesgo elevado para tratar de maximizar el retorno, o comedido, para sortear el deterioro causado por la inflación.
Por tanto, no, no hay un objetivo mayoritario para todo el mundo y, desde luego, no debería haber una cartera estándar. Por eso, la moda que está en boga ahora de las carteras perfiladas me parece un mal enfoque para invertir desde el punto de vista del usuario, claro.
La indexación simplifica la operativa, pero no es la panacea. Tiene sus pros y sus contras, como lo tiene la gestión activa.
Para alguien con amplios conocimientos financieros y que no se encuentre en una fase de acumulación con una excesiva operativa, probablemente la mejor alternativa fuese una gestión activa con instrumentos indexados. El problema, que los ETF’s en nuestro querido país no gozan de un buen tratamiento.
Yo llevo varias carteras para perfiles diferentes. En la mía personal asumo riesgo razonable estando expuesto a RV íntegramente; no me importa ver caídas de calado en mis inversiones (ya he vivido varias) y sigo el plan establecido. Esto no quita que trate de identificar activos con los que gestionar mejor el riesgo, por eso incluyo un componente más táctico o flexible, y ajusto ponderaciones en base a mi propio criterio.
Mi mujer teme ver que sus ahorros están en pérdidas. Gracias a que no hace ningún seguimiento no ha visto que su cartera también ha corregido en alguna ocasión, pero tiene un diseño con un mejor control de riesgo, con algún elemento que amortigüe las caídas, y que reduzca la volatilidad. El plazo de inversión se podría decir que es el mismo, pero no así la tolerancia al riesgo. Por eso su distribución es diferente (y eso que algún toque picante tiene), pero si analizamos la evolución de las carteras es clara. Sus caídas son mucho menos pronunciadas que las mías. El gráfico muestra una volatilidad más controlada. Claro está, cuando el viento va a favor, su cartera captura menor upside que la mía.
Una forma de ver el riesgo es el VaR, hice alguna entrada anterior comentando acerca de ello, sobre la máxima pérdida probable con un nivel de confianza e intervalo de tiempo determinados.
Yo estoy dispuesto a asumir un riesgo mayor, soy prudente en un grado razonable, pero quiero potencial de revalorización, que mi capital trabaje duro para ese largo plazo que me he fijado.
He comentado en varias ocasiones que mi primer hito se alcanzará a los 50 años, dentro de 15 aproximadamente. Este primer tramo es más largo que el resto (llevo unos cuantos años a la espalda) y asumo un riesgo mayor.
En la de mi mujer no estoy expuesto al 100% a RV por su aversión al riesgo, pero tampoco llevo fondos de mínimo riesgo, sino algún amortiguador de las caídas, con cierta exposición a bolsa.
Cuando se alcance ese primer escalón, se re-evaluará el riesgo y se irá acomodando poco a poco, enfilando un nuevo escenario. Conforme se vaya aproximando la edad de jubilación se alcanzará un nuevo hito donde el riesgo será radicalmente diferente, y se procederá a dar prioridad absoluta a la preservación de capital.
@valentin lo ha comentado muy bien, son distintas fases en la vida inversora en donde deberemos acomodarlas a las necesidades de cada uno.
Otro inversor quizás no requiera preservar capital, sino tratar de obtener la mayor revalorización posible para que sus herederos continúen engordando la bola de nieve.
La cartera de mi hijo, y la análoga que se creará a la pequeña, están diseñadas para asumir mayor riesgo aún. Aquí la volatilidad no es un problema, busco temas estructurales con perspectivas de crecimiento futuro. Predomina la tecnología, la salud y lo concerniente al cambio climático como pilares de la estructura. La idea es que una vez alcanzada la mayoría de edad continúen el proceso que les he iniciado. El interés compuesto lo agradecerá.
Como es natural, esta cartera presenta mayor volatilidad, y lo que va de 2022 está corrigiendo con mayor intensidad. También en los años previos, la rentabilidad fue superior. A largo plazo, probablemente tenga un mejor desempeño que las otras dos.
En definitiva, creo que no debería haber dos carteras iguales, como no hay dos inversores iguales. Y desde luego, una cartera estándar está lejos de ser lo que se precisa para cada caso.