La Iglesia y el negocio del placer: la catedral de Toledo se alquila para banquetes VIP, pero no paga IBI ni IVA.
Un director general de Cospedal tiene arrendada la cafetería de la millonaria parroquia que alberga el cuadro de El Greco “El Entierro del Señor de Orgaz”, exenta del Impuesto de Bienes Inmuebles.
“A Dios rogando y con el claustro recaudando”. Declaraciones realizadas a ELPLURAL.COM por un sacerdote de la treintena larga que componen el cabildo catedralicio de Toledo, un colegio sacerdotal, con personalidad jurídica propia, amo y señor de la conocida popularmente como “Dives Toletana” (la rica toledana), una catedral que no le duele en prenda alquilar sus claustros para banquetes de alto postín, ofrecer conciertos nocturnos de órgano a puerta cerrada a grupos reducidos que escuchan los acordes de los centenarios instrumentos acomodados en el coro del altar mayor, o presenciar un dúo de viola de gamba y violín ante el archiconocido cuadro de El Greco “El Entierro del Señor (mal llamado conde) Orgaz”. Eso sí, “pagando un dineral, mientras que personas en otros lugares, ya no sólo del mundo, también de Toledo, pasan muchas necesidades”, nos dice este sacerdote, indignado por la organización de estas fiestas en “lugares consagrados” y haciendo un “desproporcionado alarde de ostentación”, concreta.
Un negocio redondo exento de impuestos
Razón no le falta a nuestro anónimo sacerdote, ya que la catedral de Toledo, la quinta esencia del gótico español, está a disposición de todos aquellos acaudalados que puedan costearse un “lujo asiático”, como comer un menú de alta cocina en su claustro, degustar los mejores majares, beber los vinos más afamados en un espacio privilegiado, decorado para la ocasión, pero, eso sí, haciendo una clara competencia desleal al resto de las empresas de restauración toledanas, ya que el Cabildo no paga el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) que todos los ciudadanos abonan religiosamente (y nunca mejor dicho) a sus respectivos municipios. La curia española se remite a los acuerdos con la Santa Sede de 1979 que establecen para las instituciones de la Iglesia en sentido estricto, una lista cerrada de bienes inmuebles con exención de Contribución Urbana, hoy IBI. Aún es más, se ciñen a la ley de mecenazgo que establece, en su artículo 15.1., que “estarán exentos del Impuesto sobre Bienes Inmuebles los bienes de los que sean titulares, en los términos previstos en la normativa reguladora de las Haciendas Locales, las entidades sin fines lucrativos, excepto los afectos a explotaciones económicas no exentas del Impuesto sobre Sociedades”.
La catedral de Toledo factura más de 5 millones de euros.
“Sin fines lucrativos”, dice la ley. ¿A caso no es un negocio las entradas que vende la catedral a 11 euros por persona, sin IVA ni otros registros fiscales? ¿Cómo se entiende, si no, que la Parroquia de Santo Tomé, sede del cuadro de El Greco “El entierro del Señor de Orgaz”, recaude todos los años un millón y medio de euros por la venta de entradas, que cobra a 2,50 euros? No cabe duda, es un negocio lucrativo, con ingresos conocidos y, sin embargo, están exentos de pagar los citados impuestos. Es verdad que los domingos por la tarde la catedral abre sus puertas para que los españoles puedan apreciarla, no así sus tesoros y museos. Y decimos españoles, porque los extranjeros tienen que pagar, como si un católico de Berlín no fuera lo mismo que uno de Móstoles o de Roma.
De las tiendas “duty free”…
Pero aquí no quedan los privilegios de la Iglesia toledana. Por ejemplo, cuenta con una tienda de recuerdos y souvenires, justo enfrente de la llamada Puerta Llana que accede al templo toledano, que tampoco paga el IBI, a pesar de su claro negocio y de sus más que destacados ingresos. La “Tienda de la Catedral”, así se presenta, incluso, en la página web eclesiástica, vende las entradas, sin IVA y sin otro registro que el catedralicio, además de otros objetos propios del merchandising de la Iglesia Española. Tienda que alberga, además, una cafetería al estilo “duty free”, que al menos paga la tasa de basuras, según reconocen a este periódico fuentes municipales toledanas.
Un saludo