Re: Nueva Cruzada Españolista contra los Vascos
Para que luego alguno diga que los que traficaban con droga en la década de los 70, 80 y parte de los 90 en el País Vasco eran los infiltrados de los supuestos enemigos de Euskadi:
TERRORISMO
Hay otros dos arrestados
Un etarra, detenido en el Caribe cuando navegaba en un velero con 2,25 toneladas de cocaína
- Se trata de José Luis Folgueras Álvarez, antiguo miembro de ETA político-militar
- Fue arrestado por la policía de aduanas francesas a 220 kilómetros de Martinica
- El español Luis Roberto Sánchez y el venezolano Juan Carlos Yovera, también detenidos
- Se enfrentan a penas de entre 10 y 20 años de cárcel por tráfico de drogas
Re: Nueva Cruzada Españolista contra los Vascos
El mayor sindicato policial español se querelló contra un exdirigente de Podemos por evocar una página nunca esclarecida de la historia vasconabarra reciente: la irrupción de la heroína entre la juventud vasca en los 80, dejando cientos de víctimas. ¿Por qué en Euskal herria este fenómeno fue mucho mayor? ¿Qué papel jugaron las FSE, por acción o por omisión? ¿Qué fue del «Informe Navajas»?
Unas declaraciones de 2013 de un exdirigente de Podemos redescubiertas ahora han devuelto a la memoria colectiva vasca un asunto que lleva tres décadas pendiente de abordarse a nivel oficial. Esta era la frase de Juan Carlos Monedero que ha motivado la querella del mayor sindicato policial (CEP), por la que probablemente deberá declarar en un tribunal: «Se empezó a distribuir heroína por parte de la Policía en los lugares donde había una juventud más conflictiva y más peleona. Y de repente apareció heroína en el País Vasco, en Madrid, en Valencia, en Barcelona... en sitios donde la gente podía optar por salidas políticas. Era mejor que se metiera en la heroína».
La vinculación de las Fuerzas de Seguridad del Estado (FSE) con la brutal entrada de las drogas, principalmente heroína, en el entorno de la juventud vasca en los años 80 es una sospecha permanente y que incluso tiene certificación oficial. Se trata del informe elaborado en 1989 por el entonces fiscal jefe de la Audiencia de Donostia, Luis Navajas, que puso la cuestión en su punto de mira. Sin embargo, el contenido del documento apenas trascendió y acabó guardado bajo llave, sin que nadie volviera a abrir ese cajón. Los atentados de ETA contra traficantes sirvieron como excusa añadida para dar carpetazo al tema, hasta hoy.
El origen del problema se sitúa a finales de los 70 y principios de los 80. La heroína entró con enorme fuerza en los hábitos de consumo de drogas de la juventud vasca. Lugares como el extrarradio de Donostia (Altza, Herrera...), Errenteria, Hernani, Pasaia, Elgoibar, Arrasate, Bermeo, Bilbo (el barrio de Otxarkoaga), la Parte Vieja de Iruñea, Sakana o Gasteiz se convirtieron en epicentro de la lacra. Sus efectos fueron devastadores. Muchos de estos jóvenes perdieron la vida por sobredosis o tras infectarse de sida.
Xabier Arana, investigador del Instituto Vasco de Criminología, ha centrado parte de su trabajo en el análisis de este fenómeno, que conoció de primera mano desde su labor en Askagintza. Remarca lo convulso de la época y la dificultad de extraer conclusiones con claridad dado que, según explica, se trata de «un fenómeno que se construyó sin datos».
«No tengo números exactos sobre la gente que falleció -admite-, pero fue algo muy serio. Hay autores que se atreven a decir que casi una generación. A mí me parece excesivo, pero en aquella época había pueblos donde mucha gente conocía en diferentes portales personas con problemas por consumo de heroína». Y cita un ejemplo personal: «En Altza (Donostia) un sábado, a modo de acto de protesta, llegamos a recoger dos cubos llenos de jeringuillas».
A mediados de los 80 el problema era ya muy ostensible, sobre todo en las localidades y barrios antes mencionados. «En esa época, 'la droga', en singular, ocupaba el primer lugar entre las preocupaciones de la sociedad española, detrás del paro y el llamado `terrorismo'. Fue un momento duro de fuerte reconversión industrial, pérdida de puestos de trabajo...», recuerda Arana. A su vez, el desconocimiento en torno al tema y su irrupción de la noche a la mañana pilló desprevenidas a las instituciones, que no sabían cómo afrontar el problema.
Xabier Arana apunta dos fenómenos que hicieron la cuestión visible. Una era la relacionada con la seguridad ciudadana, es decir, cuando la necesidad de consumo derivó en una cascada de atracos en bancos y cajas, joyerías, boutiques... El otro, cuando los jóvenes empezaron a manifestar síndromes de abstinencia en plena calle y ni siquiera sabían adónde acudi
No tardaron en surgir evidencias de la falta de implicación de las FSE para atajar el problema. Arana constata que la droga no ocupaba espacio entre sus prioridades. Ello, unido a que Gipuzkoa era un territorio atractivo para los traficantes por su ubicación estratégica, hizo que la irrupción de la heroína fuera más tremenda aún en este herrialde. Surgieron voces que apuntaban a una relación entre el tráfico de drogas y las FSE, con el foco puesto en el macrocuartel de la Guardia Civil de Intxaurrondo, centro de torturas.
De los rumores se pasaría a algunas constataciones judiciales en forma de sentencias contra mandos o agentes del acuartelamiento. Pero fue el llamado «Informe Navajas» el que dio más cuerpo a esta teoría, si bien finalmente no hubo una investigación que concluyera en la aclaración de los hechos y sospechas que en él se recogían.
De hecho, según recuerda Arana, Luis Navajas envió el informe al fiscal general del Estado, pero este no lo registró, sino que decidió recogerlo personalmente y abordarlo como algo totalmente confidencial. «El 'Informe Navajas' es una realidad de finales de los 80, basado en miembros de la Policía que aseguran que hay pruebas más que suficientes para afirmar que algún sector de los responsables de las FSE está implicado en el contrabando de drogas y tabaco», resume Xabier Arana un cuarto de siglo después.
Unido a ello, el investigador desempolva dos acontecimientos «sonoros» que muchos guardarán aún en la memoria: los casos de «la coca de Irun» y «el hachís de Hondarribia», dos alijos de cerca de una tonelada de peso. La detección de una descompensación muy grande y sospechosa entre dos momentos de la operación de Irun, que apuntaba claramente a una sustracción de la droga por parte de las FSE, se atribuyó a un pesaje inadecuado, «pero hay datos más que suficientes para sospechar que cierta cantidad volvió al mercado», recalca Arana.
El escándalo tuvo una secuela muy conocida: la condena en Donostia al grupo Negu Gorriak a pagar 15 millones de pesetas de la época a Enrique Rodríguez Galindo, máximo responsable de Intxaurrondo, por su tema ``Ustelkeria''. El Supremo la revocó años después, pero fue un aviso a navegantes. Galindo afirmaba que se atacaba su «honor».
Gipuzkoa era territorio abonado para el tráfico de drogas por dos motivos. Por un lado, la ubicación a la orilla del mar y cerca de la frontera hacía que el territorio fuera «muy apetecible». Por otro lado, la convulsa situación política, con unos años de fuerte actividad armada de Eta y también de guerra sucia con los GAL como mayor exponente, hacía creíble que «la Policía estaba encargada de otros asuntos, fundamentalmente de la lucha contra Eta. Con todo esto, se crearon las condiciones para que quien quisiera trabajar este tema tuviera resquicios para hincarle el diente», concluye Arana.
En estos años aparecen algunos casos en que agentes de las FSE estan implicados e incluso condenados por narcotráfico, pero «fueron tapados prácticamente por la prensa española y las penas que se les impusieron resultaron simbólicas. Eso sí se puede decir».
Los datos objetivos o probados fueron escasos, por un lado, y por otro las señales recogidas por Navajas no tuvieron un seguimiento judicial ni político, de manera que el expediente general sobre la relación entre las FSE y la droga quedó pendiente. Los elementos objetivos concretos fueron situados como excepciones: por ejemplo, que Máximo Blanco, número dos del cuartel de Intxaurrondo en la época de Enrique Rodríguez Galindo, fuera detenido por presunta relación con una operación de narcotráfico y por cobrar dinero de traficantes de droga.
Enrique Dorado Villalobos y Felipe Bayo Leal, hombres de la guardia pretoriana de Galindo y condenados por los secuestros y muertes de Joxean Lasa y Joxi Zabala, también pasaron por los tribunales por estos motivos de «delincuencia común». Y Arana aporta otro dato: «Joaquín Navarro Estevan [juez ya fallecido] dijo que era notorio que en Intxaurrondo se ejercía el narcotráfico, la distribución de droga, y que se llegaban a organizar atracos».
También resulta significativa la respuesta del fiscal general del Estado, Leopoldo Torres, a la pregunta del entonces diputado de EA Joseba Azkarraga sobre este tema. El fiscal eludió completamente entrar en las sospechas y alertó de la «gravedad» de «introducir dudas sobre la honorabilidad de quienes tienen por misión luchar contra el terrorismo». Luego esgrimió que «hay que mantener, por virtud de la presunción de inocencia y de los derechos que goza cualquier ciudadano, incluso si es teniente coronel de la Guardia Civil, que la sociedad está correctamente defendida frente al narcotráfico y al terrorismo».
La escasa información que salió a la luz sobre el contenido del «Informe Navajas» vino recogida en el primer ejemplar -no llegó a publicar más- de la revista ``Crisis'', en 1993. En dicha publicación se recogían extractos del dossier, que comenzaba explicando que la información adjunta era relativa al «foco de corrupción interna detectada en la Comandancia de Gipuzkoa». Exponía que se «dispone de algunas confidencias que señalan un exceso en el patrimonio particular del teniente coronel Enrique Rodríguez Galindo». Y afirmaba, asimismo, tener información sobre «la existencia de una asentada corrupción de miembros del Cuerpo en Gipuzkoa». Galindo era intocable entonces, y seguiría así hasta que a mediados de los 90 recibiera el fajín de general de manos del Gobierno del PSOE. La condena por el «caso Lasa-Zabala» no llegaría hasta 2000.
Poco más se supo del informe, de sus conclusiones y de las pesquisas realizadas. Las muertes de José Antonio Santamaría Tigre y José Manuel Olarte Plomos a manos de ETA avivaron las sospechas sobre la vinculación de las FSE y el tráfico de drogas, dadas las conexiones de ambos.
En sus declaraciones, Monedero lanzó una pregunta meramente retórica: «¿Por qué ETA empezó a asesinar a traficantes?».
Ni Navajas tiró más de la cuerda, ni el resto de la Justicia lo hizo. El juez de Donostia Fernando Andreu -ahora magistrado de la AN- asumió la investigación, pero sin resultado alguno. Un «contrainforme» de Intxaurrondo cerró la grieta. Y así aquel expediente abierto hace 30 años sigue oculto hoy día bajo una espesa niebla, incluso después de que ETA haya dejado de atentar definitivamente. Una nebulosa que oculta también las muertes de cientos de jóvenes vascos durante una década, sin duda la más convulsa de 40 años de conflicto armado
Con la distancia que aportan los años, quienes vivieron de alguna manera aquella época lo recuerdan como un periodo negro y detallan con nombres y apellidos vidas que se quedaron por el camino. Sin embargo, el desconocimiento del tema al inicio, la clandestinidad en la que muchas veces terminaban sus protagonistas, y la inexistencia entonces de procedimientos sistemáticos y tecnologías modernas que registraran lo que iba pasando hace que no existan mediciones exactas del impacto de la heroína en Euskal Herria.
Como aproximación, Xabier Arana menciona dos fuentes que aportaron datos sobre el impacto de las drogas en los años 80. Por un lado, el colectivo DAK apuntaba que a principios de la década había unos 11.000 heroinómanos solo en la CAV. El «Libro Blanco de las Drogodependencias en Euskadi», de Javier Elzo, cifraba entre 5.000-6.000 los consumidores de heroína en este mismo espacio.
Algunos recortes de prensa de la época ofrecen cifras sobrecogedoras. Así, un artículo de «Diario de Navarra» apuntaba que en 1982 había alrededor de 900 heroinómanos en Iruñea.
Estremecedores igualmente son los testimonios de lo que ocurrió en Otxarkoaga, un barrio de Bilbo construido en condiciones muy precarias, donde las viviendas se levantaron incluso antes de que las zonas se urbanizaran y se acompañaron de auténticas chabolas. El depauperado clima social provocó un movimiento político muy contestatario que fue frenado en seco por la entrada masiva de la heroína.
Algunas fuentes estiman que hasta 400 jóvenes pudieron fallecer en el barrio -tildado en la época de «supermercado europeo de la heroína»-, aunque el cálculo probablemente sea excesivo. Jóvenes que hoy tendrían 60 años.
ETA
Se calcula que ETA mató a unas 20 personas a las que vinculaba de un modo u otro con el tráfico de drogas, los más conocidos quizás José Antonio Santamaría, «Tigre» y José Manuel Olarte, «Plomos», en 1993 y 1994.
Re: Nueva Cruzada Españolista contra los Vascos
¿Pero el Caribe es algún municipio de Euskadi?
Mira, un tráfico más cercano y muy sospechoso:
http://www.elmundo.es/elmundo/2008/07/17/espana/1216275258.html
http://www.teinteresa.es/espana/kilos-droga-robados-dependencia-policiales_0_784123517.html
El silencio es hermoso cuando no es impuesto.
Re: Nueva Cruzada Españolista contra los Vascos
Que había droga era un hecho cierto totalmente pero en todos los lugares de España y por desgracia murieron muchísimos jóvenes en esas décadas por culpa de las drogas pero de ahí a que insinúe que los CC. y FF. de Seguridad del Estado estaban detrás de eso es algo muy grave.
Re: Nueva Cruzada Españolista contra los Vascos
Que haya policías corruptos no significa que todos lo sean. De todas formas no crea que me inspiran confianza los que les mandan.
Re: Nueva Cruzada Españolista contra los Vascos
Pues aplíquese eso a cualquier otro colectivo.
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Re: Nueva Cruzada Españolista contra los Vascos
A mí no me gusta generalizar pero reconozco que sobre algunos temas es difícil debatir sin caer en generalizaciones.
Re: Nueva Cruzada Españolista contra los Vascos
Sin embargo en su entrevista , Jordi Evole hace todo lo contrario: particularizar un caso sin explicar el contexto que habia entonces de miles de jovenes muriendo por culpa de los traficantes de droga. Creo que algunos de aquella epoca, o sus familiares debieran haber salido en la entrevista.Hoy el la pagina ultima de "El Periodico" Jordi Evole vuelve a insistir en su linea de dar la voz solo a una parte, y escribe diciendo que ha recibido una llamada telefonicia de la hija de los narcotraficantes que mato Eta, y le pide perdon por no haber podido entrevistarle, ya que la llamada la recibio despues de la emision de la entrevista.
Re: Nueva Cruzada Españolista contra los Vascos
Yo no creo que si algún familiar de fallecidos por la droga hubiera querido intervenir, Évole se hubiera negado. Además, el asesinado no era un auténtico narco sino un pobre diablo dedicado al menudeo, o sea un objetivo fácil, todo ello dicho por el propio Rekarte.
Por otro lado, el contexto al que te refieres es bastante más amplio, por lo que puedes estar abriendo un melón con efecto boomerang. Por ejemplo, nunca he entendido ese interés de la izquierda por frivolizar con las drogas. Y cuando hablo de la izquierda, también incluyo a lo que conocemos como izquierda abertzale: supongo que sabes quiénes están detrás de los "clubs de cannabis" en Euskadi, ¿no?.
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Re: Nueva Cruzada Españolista contra los Vascos
Para los que les gusta oir detalles sobrere los asesinatos les diré que a mi me indigna escuchar repetidamente que es preciso olvidar lo sucedido en Nabarra el 36, donde no hubo frente de guerra sino asesinatos a ciudadanos indefensos a los que iban a buscar a sus casas; dicen que todo aquello queda ya lejos y que hay que poner un límite. Hace unos días el Papa Francisco recordaba el genocidio armenio de hace 100 años. En Nafarroa se asesinó a más de tres mil personas, 39 de ellas eran mujeres, casi siempre por defender derechos sociales. Los cadáveres fueron arrojados en cunetas y hasta en simas, se impuso un silencio durante decenios de años,mientras a los asesinados por el otro bando les dedicaban toda clase de celebraciones y monumentos. los familiares siguen sufriendo y buscando a sus muertos para darles una digna sepultura. Ni uno sólo de los asesinos, que eran conocidos por el pueblo, fue castigado. Más de tres mil historias de asesinados bastante similares. Por ejemplo la de Maravillas Lamberto,de la que hable en otro post, una niña de 14 años violada y asesinada porque quiso estar junto a su padre Vicente cuando lo llevaron para asesinarlo por pertenecer a UGT y además porque “no iba a misa”. Fueron asesinados padre e hija en Uruñuela el día de la Virgen de Agosto, el cadáver de Maravillas apareció desnudo y comido por los perros. Hay documentación abundante sobre el caso facilitada por testigos, aún vive Josefina, hermana de Maravillas, detalles también de aquellos tristes hechos en Wikipedia. Los asesinos de Maravillas y su padre pudieron llegar a su pueblo para comulgar en la misa de doce. Asesinatos que se llevaron a cabo, casi siempre, con la bendición de una Iglesia que honraba al dictador llevándolo bajo palio. ¿Tenemos que olvidar, como quieren algunos, esa masacre ocurrida en nuestra tierra? ¿Genocidio? ¡Claro que son víctimas de segunda!
Re: Nueva Cruzada Españolista contra los Vascos
Desde que en 1975 murió Franco, la imagen de un estado inmóvil ha recorrido la historia de la «joven democracia española». Las protestas contra la crisis recogidas por los medios de comunicación de medio mundo han incidido en cuestiones históricas como la violencia policial, el nepotismo, el poder de la Iglesia católica, la bula de los banqueros y, en general, la política como medio para enriquecerse, por medio de la mafia del bipartidismo.
Los dinosaurios tuvieron una supervivencia exitosa. Surgieron hace muchísimo tiempo. Aunque no vale la pena siquiera para conjeturarlo, lo apunto: 230 millones de años. Desaparecieron con el cataclismo aquel del meteorito que a punto estuvo de ultimar la vida en nuestro planeta, hace 65 millones de años.La línea de poder española se parece a la de un dinosaurio. Durante decenas de años, desde Madrid y, en otra medida, desde Iruñea y Gasteiz, se ha exigido movilidad a los sectores bascos más combativos, en especial a los que desde posiciones abertzales de izquierda practicaban la violencia como herramienta para avanzar en sus reivindicaciones.Y se les ha pedido la condena de la violencia.
Las formas de la disidencia, con unos objetivos marcados probablemente ya antes de que Eta naciera, han sido múltiples y en escenarios tan diversos que algunos ya ni siquiera los recuerdo. Desde el invocado Pacto de Baiona, justo concluida la Segunda Guerra mundial, hasta la declaración de Eta del 20 de octubre , anunciando el cese de la actividad armada, los movimientos han sido incontables.
Entre ellos, aquel intento de pacto con los monárquicos españoles por un sector del PNV, mientras otro se había acercado a los seguidores de Hitler por si las moscas y triunfaba el totalitarismo de Hitler, en los tiempos en los que la élite oficial jelkide trabajaba para Washington abiertamente. El objetivo final de las tres líneas era el de la liberación de nuestro país.
En la cercanía, la Plataforma y la Junta Democrática, hasta las reuniones de Xiberta, pasando por la confección de una lista de puntos mínimos llamada Alternativa KAS, hasta la más moderna Alternativa Democrática. Modelos frente al inmovilismo del Estado, frente al dinosaurio.
La izquierda abertzale ha demostrado en estos últimos cincuenta años imaginación organizativa desde decenas de ángulos. Algunos para poder coquetear con la legalidad, otros para aglutinar fuerzas. Los encuentros de Xiberta citados fueron quizás el paradigma, pero en el camino quedaron otros de tanto o mayor calado, desde el BAT hasta el Herrikoi Batasuna, pasando por el EHBai o la última apuesta soberanista, EH Bildu.
El historiador Eric Hobsbawm, ya fallecido, apuntaba a que, en sus orígenes, el nacionalismo vasco surgió con 30 años de retraso respecto al catalán. Es probable. Pero su ingenio y audacia le llevó, y esto ya es de mi cosecha, a adelantarse en el tiempo a Catalunya, a pesar de las noticias que nos llegan del Mediterráneo en los ultimos tiempoos padrian cambiar las cosas y poner a Catalunya por delante . Euskalherria ha sido un hervidero de propuestas, de actividades paralelas y perpendiculares que la han llevado a la antesala de la soberanía.
En frente, sin embargo, el dinosaurio ha permanecido inamovible. Tanto para unos como para otros. Las respuestas a las demandas soberanistas de vascos y catalanes, con la excepción de los Estatutos de Autonomía de 1936 y 1979, previstos más como frenos al separatismo que como expansión de unas ansias, han estado siempre avaladas por los sectores fácticos: Ejército, Banca e Iglesia. Que esta última tenga aún el poder que tiene es un síntoma de lo atrasada que esta la sociedad española, del inmovilismo que atenaza puertas y ventanas de esa gran casa ibérica: solo quedan unos pocos curas ya ancianos, y lo unico que hacen es inmatricular inmuebles para aumentar su patrimonio; asi van a ser los dinosaurios mas ricos del cementerio.
Cuando Eta avanzó su intención de concluir con su estrategia político-militar, se levantaron algunas voces (en el PSOE y en el PNV) señalando que «concluía la transición en Euskadi». Un poco larga para ser «transición», 35 años después de iniciada. Mis dudas se acrecentaron y, con ellas, la sensación de que hemos estado todos estos años bajo el paraguas de una gran mentira.
La mítica transición española fue un montaje para integrar en el nuevo sistema político español a una caterva de impresentables, fascistas, falangistas, banqueros, bandoleros de guante blanco y curas. En lo fundamental, unos cuantos banqueros y unas decenas de familias, bien colocadas al final del franquismo, son los dueños actuales del escenario. En los calabozos la picana no concluyó, y en cuanto a los medios de comunicación... ¿Se acuerdan de «El Alcázar» o de «La Voz de España»? Nada que envidiar al «El Mundo», «La Razón»... Y sobre los de Vocento, qué decir. Los mismos apellidos en sus consejos de administración.
La primera transición española aún está por realizar. Algunos la llevan esperando desde que se inició la Revolución Industrial en Gran Bretaña. Esa transición que a lo mejor hubiera podido avanzar, si le hubieran dejado sobreviivir a la Segunda República. Pero que, desde luego, no se hizo a la muerte de Franco, ni siquiera a la apertura del modelo de «café para todos», y, menos aún, concluida con el anuncio de Eta de deponer las armas.
La transición española todavía no ha despuntado. Y lo hará, precisamente cuando, al despertar, el dinosaurio haya desaparecido. La española será una transición ligada íntimamente a su concepción nacional. Apaño tras apaño, zurcido tras zurcido, chapuza tras chapuza... las consecuencias de una construcción artificial han comenzado ya a pasar factura. . Hoy, Madrid es un muñeco parlante, un loro belicoso. Nada más.
Euskalherria y Catalunya van camino de que su mayoría se convierta en una mayoría soberanista, lo que a la postre significará una mayoría separatista. Entonces, ese dinosaurio que encontrábamos al fin de todas nuestras pesadillas habrá desaparecido. A ver si el dia 24 de Mayo le damos el empujon final al dinosaurio, como el meteorito de hace 65 millones de años.
Re: Nueva Cruzada Españolista contra los Vascos
Pío Baroja lo llamó el país del Bidasoa para definir las montañas navarras que estos días de primavera desafían al sol con un verde fluorescente. Se llama, de verdad, valle de Malerreka y en uno de sus 13 pueblos ocurrió una de las tragedias más espeluznantes de aquellos días salvajes que sucedieron al inicio de la Guerra Civil. Juana Josefa Goñi Sagardía era una mujer de extraordinaria belleza, casada con Pedro Antonio Sagardía Agesta, con el que tuvo siete hijos. Seis desaparecieron con ella, embarazada de nuevo. El mayor salvó la vida porque estaba en el monte con el padre, de carbonero.
En Nabarra, el nacimiento no determina la herencia. Deciden los padres, y los de Juana Josefa dispusieron que fuera para ella. “La gastaron pronto, puede que fuera una derrochona, pero era una buena madre”, relata su sobrina Nati desde San Sebastián. Tiene 83 años y los achaques propios. Apenas tenía cuatro años cuando aquella oscura sima del monte se tragó a toda una familia, pero recuerda a sus primos merendando en su casa pan con chocolate. “Cuando llegaron las vacas flacas los chicos no tenían qué comer y que si uno robaba una berza, que si otro unas patatas, que si una gallina. Esa fue la excusa para que los caciques del pueblo los expulsaran de allí”, relata Nati. Estos días, la familia pide que, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, se sondee la sima y se saquen los restos para enterrarlos con dignidad, fuera de un agujero inaccesible de 50 metros de profundidad que se ha convertido en un basurero. Allí abajo hay frigoríficos, maderas, piedras. Y otro cadáver, más reciente, que apareció en diciembre pasado.
¿Qué fue de la familia Sagardía?, aquella espantosa historia, el juicio que le siguió y los silencios y leyendas que cubrieron esos valles. “esta desgracia ha estado siempre presente en mi casa. Mi madre [la hermana de la malograda Juana Josefa] sufrió muchísimo, nos contó la historia a todos, también a sus nietos, todos la saben”, sigue Nati, una de las sobrinas octogenarias. “Quién iba a pensar que hicieran aquella barbaridad”.
Juana Josefa salió del pueblo a mediados de agosto, expulsada por los vecinos y, embarazada de siete meses; cogió a los seis chicos y se instaló en una caseta derruida en el monte que cubrió con unos matojos. A 450 metros de la sima. Desde allí mandó aviso a su marido, en el monte, pero cuando Pedro Antonio bajó al pueblo en su ayuda lo paró la Guardia Civil. Lo llevaron a la misma prisión, en Doneztebe, donde retuvieron a Pío Baroja, precisamente. Estuvo preso ocho días y salió con el mandato de alejarse de allí. El dinero que mandó desde el monte con un conocido le llegó de vuelta. Juana Josefa ya había desaparecido y con ella toda la familia. Esa noche del 30 de agosto se oyeron cuatro disparos de escopeta. Quizá los más pequeños lloraban y los mataron… Pero a los otros los echaron vivos a la sima. Todo el mundo sabe que al día siguiente fueron a ver si aún se oían gemidos o llantos allí, asegura Nati. Pero no hay pruebas de nada. Solo secretos a voces sostenidos en el tiempo. “Después tiraron piedras y troncos. Unos dos días antes, los niños habían merendando con nosotros en casa y una de ellas, Martina, quería quedarse y no volver a la chabola, pero no podíamos tenerla, mi padre estaba entonces en la cárcel. Cuando pasó todo, mi madre no dejaba de repetir: la podía haber salvado, la podía haber salvado”.
Los primeros días de la guerra fueron salvajes en el mundo rural. Los más pérfidos aprovecharon para dirimir lindes, consumar venganzas, callar bocas incómodas, apropiarse de terrenos. Las escopetas iban por libre, adelantando la barbarie bélica que llegaría después y sabiendo que los tiros no encontrarían más eco que el que devolviera el monte. En pleno toque de queda, con las guardias vecinales que se formaban, la gente no abría siquiera las ventanas. Pero en los pueblos todo acababa sabiéndose. Es imposible que nadie viera en una noche de agosto el fuego que arrasó la chabola en la que vivía la familia, que no se oyeran los disparos. Las incógnitas no son ajenas a este relato, a pesar de su peculiaridad: en contra de lo común, hubo una investigación abierta 10 años y ha quedado documentación. En eso tuvo que ver un pariente poderoso, de influencia en el alzamiento militar, el famoso y cruel coronel Antonio Sagardía, tío del carbonero Pedro, que amenazó con quemar el pueblo si no se aclaraba lo sucedido. Pero las declaraciones de unos y otros aportaron poca luz. Es tierra de contrabando y bocas selladas. En aquellos años, mandado por el juez, un albañil bajó a la sima, pero a la subida solo relató el hallazgo de piedras, leña y lanas de oveja. Caso cerrado.
El pasado diciembre, unos espeleólogos descendieron de nuevo. El forense Francisco Etxevarría también estuvo allí. Pero lo que apareció nada tenía que ver con lo que se buscaba. El cadáver que emergió pertenecía a un joven de 24 años, desaparecido en la zona en 2008. El secreto de sumario ha paralizado las pesquisas antiguas. Los vecinos han contestado decenas de preguntas sobre este asunto y de paso, entre los verdes prados y las piedras centenarias ha rodado de nuevo la historia de “la sima de la familia”.
Arriba, entre Gaztelu y Donamaría, en la ermita de Santa Leocadia se despacha a gusto Mariluz. “Yo era muy chica, pero mi madre la veía ir y venir a Juana Josefa y siempre decía que era guapísima. Estuvieron siete u ocho hombres en el ajo, ellos fueron los que los mataron. Qué valor. Alguno de ellos murió entre alucinaciones: ‘están ahí, míralos, los veo, en la puerta’; eso dicen”. Y fija la mirada en la montaña mientras cae el sol de la tarde y el verde cobra tonalidades evocadoras. “¿Y sabes qué te digo? Que después de todo aquello siguieron robando gallinas”. Y la quesera Ascen rememora en su caserío el disgusto de su padre porque no evitaron la tragedia. “Siempre lo decía: ‘debíamos haber ayudado a aquella gente”.
En el geriátrico de Pamplona, la mujer de gesto grave, se remueve en el sillón. Ella se casó con el único de los hijos de Juana Josefa que se salvó: José Martín, fallecido en 2007. En la estantería está la foto de la boda. “Él nunca hablaba de esto, pero sabía dónde estaban, en la sima, porque a veces le visitaba gente del pueblo y entonces comentaban… Pero era doloroso. Él siempre llevó algo dentro, pero no lo decía…”. José Martín se metió a requeté, como su padre, que murió joven. Cuando acabó la guerra fue a visitar a sus primos y a la tía, la que le daba pan y chocolate a sus hermanos. La tía Petra le recibió con una bofetada. Le reprochaba que se hubiera ido a la guerra sin saber qué había sido de su familia. Pero luego estuvieron charlando. Esa fue la última vez que lo vieron. Ahora la prima Nati espera saludar a su viuda, Gloria Pedroarena, a quien no conocen. “Quiero que saquen los huesos de allí, que se les dé un final digno”, reclama Nati. Y la viuda de José Martín, el único hijo que sobrevivió dice con voz serena: “Yo no sé si podemos pedir algo, hasta ahora no me lo había ni planteado y él ya no vive, así que… Yo no sé si esas personas que hicieron eso habrán podido dormir. Quién me iba a decir a mí que hoy estaría hablando de esta historia”.Estas son las victimas del terrorismo franquista, victimas de segunda, de un terrorismo por cuya apologia todavia no hay ningun detenido, mientras que son muchos los detenidos por otro terrorismo.
Re: Nueva Cruzada Españolista contra los Vascos
La victimas del terrorismo franquista en Larraga fueron tan numerosas que se le llamo el pueblo de las viudas. Los apellidos de las victimas los quisieron borrar hasta del registro municicipal para que no querada memoria de la atricidad. Y aquellas mujeres del ricino, la Paquita, la Seve, Florencia, Anastasia, Bárbara… Las motxas, de pelo trasquilado como a las mulas, que criaron 60 huérfanos y velaron el candil de la memoria.
La novena del entierro que no tuvieron duró más de 40 años, en los cuales solo la primavera pudo poner flores sobre la tierra que los cubría. Años bien aprovechados para que la tierra comunal se asentara en los registros de la propiedad de los matones. Y para que estos ocuparan las instituciones navarras como antes ocuparan las corralizas. Recordamos sus demandas, simples, con las que ganaron las elecciones en aquella primavera de 1931 y que hoy día suenan a metáfora de nuestras penurias: donde ellos pedían levantar las mugas tiradas por los ricos, hacer el deslinde y repartir la tierra, hoy nosotros leemos poner mugas al capitalismo, recuperar lo que nos están robando y repartir la riqueza. Y si los ragueses se quejaban antaño del trato de la Guardia Civil a favor de los ricos y de la situación de las escuelas, lo vemos igual hogaño, en unas castas corruptas y en unas instituciones empeñadas en perpetuarse, mientras nos desnudan los servicios públicos, mutilan los derechos sociales y castran las libertades. Están arrasando, queridos fusilados, los campos cultivados por el proletariado durante dos siglos, campos germinados por vuestras ideas igualitarias y abonados, para más inri, con vuestro propio fosfato de calcio.
Aquel primer olvido no pudimos evitarlo. Franco, el Conde Rodezno y el Chato Berbinzana murieron en la cama en hedor de santidad. ¡Qué le vamos a hacer! No siempre es tiempo de cerezas. Es el retraso posterior el que más duele. Porque si el olvido del terrorismo franquista resulta hasta comprensible, la transicion trampa a la democracia fue una canallada grotesca.
Hace más de treinta años que muchos quisimos pasar del terror a la esperanza y comenzamos a reconstruir sus esqueletos y, con ellos, su memoria. Y con su memoria, el armazón de la ideología emancipadora. Y conocimos entonces a aquella juventud libertaria de Larraga, donde casi la mitad de los fusilados eran veinteañeros y algunos -Victorino, Babil, Félix, Martín- casi adolescentes. Conocimos uno a uno a más de 3.000 fusilados, les devolvimos nombre y filiaciones, les dedicamos libros, canciones y proclamas… Entonces fue el momento mágico de hacer justicia y homenajes, y, sobre todo, de apoyarnos en ellos para acabar con el fascismo que los había asesinado, con el cacique que los había arruinado, con la Guardia Civil que los había machacado, con la Monarquía que los había humillado y con la jerarquía eclesiástica que los había engañado.
Pero entonces algunos dijeron que no era el momento, y hubo que esperar 30 años más, en un olvido mucho más ultrajante que el anterior. Y por no apoyarnos en su memoria, en sus ideas, en su lucha, han salido victoriosos sus enterradores. Hoy la ultraderecha sigue mandando en Nabarra, con el apoyo además de algunos que lucen sus mismas siglas. El capitalismo más feroz nubla nuestro horizonte cercano; siguen deteniendo a los jóvenes y siguen protegiendo banqueros como antes protegiera caciques. La Monarquía sigue riéndose de nosotros mientras mata elefantes, otra metáfora de su esencia antinatura. Y la Iglesia ya ni se preocupa de engañarnos, y roba nuestro patrimonio y nuestro dinero a plena luz del día con las inmatriculaciones.
En los años 70 desenterramos el fosfato de calcio y dejamos las ideas en la fosa. Y esas ideas son las que algunos siempre remembramos en los homenajes, por más que a algunos les duela. (Entre ellos algunos curas majos que acuden a los homenajes; pero si la República hubiera continuado, hoy seguirían siendo públicos todos los bienes inmatriculados por la Iglesia).
Insistimos: dos cosas tuvo tiempo de plantear el Frente Popular Navarro antes de que fuera masacrado poco más tarde: el reparto de la tierra y la unidad de Nafarroa con el resto de Euskalherria, como medio de fortalecer las izquierdas y frenar al caciquismo foral. De nuevo, los fusilados nos indican el camino que no debimos abandonar hace 30 años. La reforma agraria se llama hoy control de la riqueza por las mayorías, cambio total del sistema económico. Y frenar al caciquismo navarro pasa por la unidad de todos los sectores progresistas y abertzales para echarlo de las instituciones, poniendo fin a una política antibasca en Nabarra que niega nuestros derechos forales, nacionales y sociales, y nos mantiene uncidos al yugo de la España más negra.
Posiblemente ya estemos en tiempo de cerezas. La unidad progresista en el Ayuntamiento de Larraga ha permitido orillar al caciquismo local y organizar el homenaje a los fusilados, al tiempo que rechaza la reforma laboral, apoya el euskera, defiende los derechos de los presos... En suma, está indicando a todo Navarra por dónde pueden ir las políticas de alianzas del futuro. El proximo 24 de Mayo recogeremos las cerezas.
Re: Nueva Cruzada Españolista contra los Vascos
Las maestras y maestros de Nabarra han sido clasificados, en épocas recientes, por sus ideales políticos y sociales, incluso por sus gustos literarios. La ordenación de sus tendencias generó las llamadas Listas Negras, utilizadas en primera instancia por los delegados de Educación para conceder o no destinos y, en última, por la Guardia Civil y grupos paramilitares terroristas para acabar con sus vidas. Al menos, 26 maestros y 1 maestra navarra fueron ejecutados extrajudicialmente entre 1936 y 1944 y otro tras sufrir Consejo de Guerra. En un territorio, por cierto, donde no hubo guerra, que fue retaguardia del franquismo, civil y militar, simplemente iban a buscarlos a sus casas y los asesinaban.
La Junta de Educación, dependiente de Diputación, fue la encargada de redactar las Listas Negras, a petición de los responsables militares de Navarra. Este supeditación de la sociedad civil a la militar en el magisterio, tuvo su paradigma en las declaraciones del gobernador militar de la vecina Gipuzkoa, Ramón Sierra Bustamante, que llegaría a ser director de El Diario Vasco: "Borraremos vuestros nombres que serán malditos por generaciones de generaciones. Desterraremos al maestro que, en los mapas, marcaba con una raya verde ese artificio de Euzkadi".
Las Listas Negras de Nafarroa fueron rellenadas, previo informe personalizado, por la Iglesia, Ayuntamientos y Guardia Civil. La primera se había opuesto durante la República a la laicidad en la Enseñanza, ya desde el Vaticano: "no es lícito pedir, defender, ni conceder la libertad de pensar, de enseñar y de escribir", dijo el papa León XIII.
Nueve días después del golpe de Estado, Diputación acordaba una serie de medidas destinadas al magisterio nabarro: se revisarían los nombramientos de los maestros, se prohibía la coeducación (niños y niñas en la misma clase) y "no se consentirá enseñanza alguna opuesta a la católica, a la unidad de la Patria, ni al principio de autoridad". Se acogió a una vieja institución (1829), para restaurar una Junta Superior de Educación que entonces no existía y hoy aún perdura. En 2009, el entonces presidente del Gobierno Foral Miguel Sanz saludaba a la Junta como "símbolo de la autonomía educativa que ha ejercido Navarra a lo largo del tiempo".
La rescatada en 1936 fue el punto de partida para la confección de Listas Negras. Diario de Navarra transmitió el acuerdo y le puso una coletilla: "Vamos también hacia la salvación espiritual. Muy bien por nuestros diputados; que no cesen en la obra emprendida, que no escatimen nada, que pidan cuanta ayuda necesiten. ¡Es la hora de España y, en España, la hora de Navarra! ¡Nuestra enhorabuena efusiva, incondicional y grande!".
El presidente de aquella primera Junta de Educación fue el diputado foral José Gómez Itoiz, antiguo médico en Lunbier, natural de Aia (Gipuzkoa) y también presidente de la Junta Carlista de Aoiz donde por cierto ejecutaron los franquistas a 18 vecinos, entre ellos al maestro Martín Gil Isturiz.
Entre los vocales de la Junta, en la que también había maestros franquistas, se encontraba, asimismo, el entonces director de la CAN, el alavés Ramón Bajo Ullibarri. Dimitió poco después. En la actualidad, una escuela pública de la capital alavesa lleva su nombre En 2008, el consejo escolar de la citada escuela propuso por unanimidad al Ayuntamiento cambiarlo por el de "Gasteiz", pero el alcade Patxi Lazcoz (PSE-PSOE) lo denegó en nota pública porque "Ramón Bajo hizo méritos para que un colegio llevara su nombre y ahora no vemos deméritos para quitarlo".
Eladio Esparza, uno de los instigadores del golpe de Estado, y periodista y subdirector de Diario de Navarra, fue designado secretario de aquella Junta. Cuando concluyó la primera depuración del magisterio navarro, Esparza fue nombrado gobernador civil de Araba.
La Junta de Educación elaboraría una primera Lista Negra, a las pocas semanas de su constitución. Contenía 53 nombres de maestros y maestras, de los que 14 serían ejecutados extrajudicialmente. Los que salvaron la vida fueron destituidos fulminantemente. Unos días más tarde, difundieron una nueva Lista, con otros 63 maestros y maestras que perderían su empleo.
Simultáneamente, Gómez Itoiz envió una circular a todos los ayuntamientos nabarros, solicitando a los alcaldes implicación en la depuración, a través de un informe ad hoc: "Este informe deberá consistir, en si el Maestro era un elemento perturbador de las conciencias infantiles, así en el aspecto patriótico como en el moral, o si por el contrario es hombre que patriótica y moralmente puede llevar dignamente el nombre de Maestro". En la circular, la Junta llamaba a descubrir a "los maestros perturbadores".
En unos meses, circularon centenares de informes que fueron recogidos por la Junta. En ellos, se especificaban las tendencias de las maestras y maestros navarros en cuatro grandes apartados: moralidad, religiosidad, tendencia política y lectura de prensa del investigado. El peso en la elaboración de la norma de Eladio Esparza fue notorio.
La depuración detallada del magisterio nabarro fue recogida en 1986 en la obra Navarra 1936. De la esperanza al terror por el colectivo Altaffaylla que comenzó su investigación sobre los primeros trabajos de José María Jimeno Jurío. Fue un trabajo pionero en Euskalherria, incluso en el Estado español. Referencia obligada para ubicar la represión en Nafarroa, donde el 1% de su población fue asesinada por los terroristas franquistas.
Según sus investigaciones, Navarra contaba, antes de la depuración, con 1.088 maestros (repartidos a partes iguales entre hombres y mujeres). Del ellos, 229 fueron depurados o sancionados (un 22% del total con un reparto de 29% maestros y un 15% de maestras) y, al margen del castigo, 81 fueron condenados a pagar fuertes multas, la mayoría por "ultrajar a la patria (española) con pertinencia". Las merindades con mayor castigo al magisterio fueron las de Lizarra (29,4%) y Tudela (27,5%). La de menor incidencia fue la de Zangotza (6,9%).
Las Listas Negras tuvieron vigencia al menos hasta la muerte de Franco. La censura y depuración de las bibliotecas de las escuelas públicas fue permanente. En 1945, retiraron de la Casa del Maestro de Pamplona los libros de la escritora Celia Fortún, seudónimo de Encarnación Aragoneses. Celia era una escritora a la que a su muerte, en 1957, el alcalde franquista de Madrid dedicó una calle y una estatua. Pero, en cambio, en Nabarra no era considerada: su marido, el militar Eusebio Gorbea, se había exiliado y suicidado en Buenos Aires.
La depuración trajo al magisterio navarro una nueva generación, adicta al régimen terrorista de Franco. Los malos tratos fueron habituales en las escuelas, que se convirtieron en válvulas de escape para la frustración de centenares de maestros. Los abusos sexuales, callados por una generación de niños que no tuvieron derecho a la denuncia, fueron comunes en las escuelas de órdenes religiosas, favorecidos en su expansión por el propio sistema.
Entre los 28 maestros navarros ejecutados, 16 ejercían en Nabarra y una era mujer, Camino Oscoz. Tres maestros alaveses, los de Zalduondo, Gallarreta y Gordoa fueron arrojados a la sima de Otsoportillo, en Urbasa. Los dos maestros de Aibar, los esposos Gabriel Valentín y Josefina Troncal, fueron detenidos y el marido ejecutado. Martín Gil Isturiz, fue el único de los maestros navarros ejecutado tras Consejo de Guerra. Lo llevaron a Alcalá de Henares y allí lo fusilaron, en 1944. El apartado de su ficha penitenciaria correspondiente al delito cometido, el funcionario de turno lo rellenó con un "se ignora".
Maestros navarros ejecutados por los franquistas
Nombre Edad Natural Lugar de ejecución
Martín Gil Isturiz 34 Aoiz Alcalá
Domingo Bados 32 Ameskoa Altsasu
Sebastián Ezker 23 Isaba Bujaraloz
Daniel Garrido 29 Allin El Perdón
Sixto Alonso 33 Villafranca Etxauri
Luis Brun 25 Murillo Ezkaba
José Velasco 24 Peralta Falces
Valentín Llorente 27 Igea Fuentebella
Emeterio Jaurrieta 24 Caparroso Iruñea
Juan Hernández 33 Gijona Iruñea
Juan Barasoain 26 Uterga Iruñea
José María Ramos 23 Madrid Iruñea
Joaquín Roncal 23 Gares Iruñea
Augusto Labairu 40 Isaba Iruñea
Juan Larreta 55 Iruñea Laguardia
Gabriel Valentín 42 Aibar Larrasoña
Juan Bautista Iriarte 26 Bera Lesaka
Ricardo Zabalza 42 Erratzu Madrid
Julio Serrano 25 Barcelona Monreal
Marcelino Zaratiegi 40 Aibar Olaibar
Justo Fierro 43 Huesca Oteiza
Félix Manzano 23 Peralta Tafalla
Camino Oscoz 26 Iruñea Urbasa
Balbino Baldos 29 San Martín Urbasa
Toribio Ambel 38 Ambel Valtierra
Amancio Alonso 25 Azagra Zaragoza
Heriberto Pérez 54 Uxue Zaragoza
Pedro Merino 25 Valtierra Zaragoza