La composición del accionariado de Grifols facilita el éxito de una eventual oferta pública de adquisición (opa) de Brookfield sobre la empresa, en alianza con la familia fundadora, al estar dominado por inversores institucionales, muchos de ellos fondos de inversión de perfil oportunista, que entraron en la compañía tras el escándalo de Gotham City, que desplomó la cotización del fabricante de hemoderivados.
Este tipo de inversores dominan en torno al 65% del capital de Grifols y, según fuentes cercanas a la situación, estarían dispuestos a deshacer su posición con una propuesta a partir de los 10 euros por acción, precio que está barajando el gigante de la inversión canadiense para lanzar su posible oferta, sujeta a una revisión exhaustiva del negocio (due diligence).
Muchos de estos hedge fund entraron en la compañía a precios de entre 7 y 9 euros, en los que ha cotizado la empresa en los últimos meses, antes de la llegada de Brookfield, y obtendrían importantes retornos si sale adelante la operación.
65% en manos de fondos
A estos precios, Grifols ha vivido en los últimos siete meses numerosas idas y venidas en su accionariado, tanto por parte de sus inversores históricos como con la entrada de nuevos actores.
BlackRock, unos de los accionistas más antiguos de la multinacional que elabora medicamentos a base de plasma, tenía una participación del 3,9% antes del inicio de la crisis bursátil, mientras que ahora alcanza el 4,44% de los títulos, según los registros de la CNMV.
Grandes firmas del mundo de la inversión como JPMorgan y Jefferies, que operan para terceros, afloraron participaciones elevadas en la compañía en marzo, cuando Grifols registró los precios más bajos de los últimos meses. Estas firmas poseen todavía un 3,9% y un 3,1% de su capital, respectivamente.
A estos vehículos se suman hedge fund de arbitraje como
Rokos Global Macro Master Fund, cuya sede está en Islas Caimán, con una participación del 1,1%, o el hedge fund
Melqart Asset Management, que alcanzó un 1,1% de los títulos de Grifols esta semana a través de su fondo oportunista Melqart Oportunities Master Fund en busca de la potencial rentabilidad ofrecida por la opa.
En el accionariado de Grifols tan solo permanecen alrededor de un 5% de inversores de corte minorista, que podrían haberse anotado importantes minusvalías desde los 30 euros por acción que alcanzó la empresa antes del Covid.
La cotización del grupo comenzó a sufrir de forma notable cuando la empresa tuvo que anotarse como deuda en 2022 un acuerdo de 840 millones con el fondo soberano de Singapur, elevando su ya abultado pasivo, que supera los 10.000 millones.
El 30% restante del capital pertenece a la familia Grifols, que controla su participación a través de cuatro firmas inversoras, incluyendo Scranton, el hólding neerlandés que Gotham City puso en el centro de sus críticas sobre las cuentas de la farmacéutica.
A este 30%, habría que sumarle la participación a título individual de varios miembros de la familia.
Las fuentes consultadas aseguran que la saga de empresarios estaría conforme con que Brookfield realizase una oferta en el entorno de los 10 euros por título. De hecho, las dos partes firmaron un acuerdo de exclusividad la semana pasada para realizar la eventual opa de forma conjunta. Los fundadores aportarían sus acciones al vehículo que lanzaría la oferta y no pondrían más dinero, por lo que el control de la empresa sería de Brookfield.
Para poder llevar a cabo la exclusión de Bolsa de la empresa por la vía rápida se necesita que la propuesta tenga una aceptación de al menos el 75% accionariado. Descontando la participación de los Grifols, el fondo canadiense y la familia deberían convencer al 45% del capital.
La opa, a concretar
La operación se encuentra todavía en una etapa muy preliminar y faltan meses para que se concrete la posible opa. Todavía no se ha comenzado a diseñar un pacto de socios para definir la gobernanza de la empresa, uno de los aspectos más sensibles en este tipo de operaciones.
El consejo de administración de Grifols tuvo conocimiento del acuerdo de Brookfield y la familia durante el pasado fin de semana y para tratar el asunto se convocó un consejo urgente en la tarde del pasado domingo que se dilató durante más de dos horas. Hasta entonces, la empresa desconocía las conversaciones del fondo y los fundadores. Muestra de ello es que el CEO de la compañía, Nacho Abia, se encontraba de viaje familiar el fin de semana.
Si finalmente la opa se formaliza, uno de los aspectos a tener en cuenta en la operación es que la CNMV deberá estipular si el futuro precio que ponga Brookfield en su oferta, si es que sigue adelante, es equitativo. Para ello, las fuentes indican que analizará el precio medio de la acción (vwap) en los seis meses previos a que se conociera el interés del fondo canadiense.
El indicador se sitúa en torno a los 9,3 euros por título, por lo que una eventual opa a 10 euros cumpliría con los requisitos legales.
El posible cambio de manos y salida de Bolsa de Grifols también necesitará el visto bueno del Gobierno, que podría echar mano de la conocida como ley antiopas para frenar o poner condiciones al proceso, como publicó ayer EXPANSIÓN y corroboró el ministro de Economía, Carlos Cuerpo. El Ejecutivo considera al grupo como estratégico.