El análisis técnico de Kostarof llevaba la cotización a 250 euros, e incluso mucho más alto en impulsos posteriores, hasta los 600-700 euros por acción. Es un planeamiento técnico posibilista en el sentido de que está sujeto a eventos desencadenantes. Hay varios planos como son el estratégico de la empresa, el matemático y el psicológico, no necesariamente por orden de importancia, que podrían impulsar en la realidad ese escenario técnico.
En el plano matemático, en concreto del ámbito de las matemáticas financieras. Para el cálculo del valor actual de una renta futura, como son los beneficios empresariales, existe la siguiente fórmula:
Valor actual = Beneficios / Tasa de interés
donde la tasa de interés que se suele usar es la de la deuda pública a largo plazo.
Es una fórmula universal con una expresión final bien sencilla, pero a la que se llega después de un largo desarrollo matemático previo. Se usa habitualmente para obtener un valor matemático de las empresas rápido y objetivo a partir del cual, extrapolando otros condicionantes de cada caso particular, hacerse una componenda del valor real que puede tener la empresa en cuestión.
En la reciente crisis inflacionista y su posterior consecuencia de subidas drásticas de tipos de interés aplicadas por los bancos centrales, esta fórmula es en última instancia la que provoca en 2022 un mayor descenso en la cotización de las empresas de crecimiento, basadas en crecimientos de beneficios esperados, que en las empresas value, cuya cotización no es, en general, tan dependiente del crecimiento de los beneficios. Lo hemos visto sin ir más lejos en los casos de Google y Meta, así como en la mayoría de empresas tecnológicas, empresas de crecimiento por definición.
Ante subidas de tipos de interés como las que se han producido en 2022, el denominador de la fórmula se incrementa y esto da como resultado un valor menor. Como ejemplo, 1.000 millones de beneficios medios en un contexto de intereses al 2% da un valor empresarial objetivo de 50.000 millones, pero en un contexto de intereses al 4% arroja un valor de 25.000 millones. Y la justificación mundana es que habiendo activos cuasi libres de riesgo (deuda pública) que están pagando ahora el doble de rendimiento que antes, el atractivo beneficio-riesgo de una inversión en renta variable se reduce de manera proporcional al incremento del atractivo de la deuda pública, empujando pues el valor de la empresa y la cotización hacia abajo.
Otros ejemplos del funcionamiento de la fórmula: un alquiler en un pueblo cualquiera de 300 euros mensuales, que son 3.600 euros anuales, con intereses al 3%, da como resultado 120.000 de valor de la vivienda. En una capital media con un alquiler de 600 euros, da como resultado 240.000 euros. Valores de inicio que son plausibles.
Las matemáticas financieras y la economía nunca podrán predecir ni calcular el efecto subjetivo del comportamiento humano. En un entorno de intereses al 0% como hemos tenido varios años, los activos inmobiliarios o bursátiles no valen infinito evidentemente. La fórmula es una objetivación matemática, y así hay que tomarlo, de un valor de la empresa en unas condiciones normales. Por eso este valor objetivado se toma como punto de partida, no como punto final, en términos de proyección de cotización o para entablar una hipotética negociación de una operación corporativa, como una fusión o una OPA.
Deconstruimos en el caso Pharmamar. Una cotización de 250 euros implica un valor empresarial de 4.575 millones (18,3 millones de acciones x 250 euros). Aplicando la fórmula, arroja que Pharmamar debería tener unos beneficios anuales recurrentes de 137 millones, con una tasa de interés al 3%. Una cotización de 600 euros, por su parte, implica un valor empresarial de 10.980 millones y unos beneficios de 330 millones.
¿Esto es plausible? Si se considera que la lurbi fase II vendiendo en USA y como acceso temprano vendiendo en Francia está ingresando similar a Yondelis con aprobación total en ámbito mundial (antes de la caducidad de la patente), indiciariamente se trata de cosas distintas. Si también sumamos las distintas fases I, II y III del medicamente para varias enfermedades por mor del interés de empresas como Pfizer, Jazz o Roche, los indicios vuelven a sumar del lado de una lurbi que apunta a una rentabilidad mucho mayor que Yondelis. Una cotización en 250 euros podría objetivarse matemáticamente con una cifra de beneficios (137) que no parece descabellada en caso de aprobación Lagoon o Inforte. Y con ambos, como dices, pues a ver…
Hay además un mar de fondo con la lurbi, que va más allá del incremento de beneficios, y que está en su plan estratégico. Como primera derivada, la disponibilidad financiera sobrevenida posibilitaría incrementar radicalmente la actividad investigadora sobre sus 350k moléculas, negocio core de Pharmamar sobre el que se puede hablar muchísimo pero que casi solo se usa para poner la empresa a parir. Cabe preguntarse si en USA o Corea del Sur avanzan tecnológicamente por pura suerte o porque destinan ingentes cantidades de fondos a I+D. La segunda derivada es que un mayor desarrollo de fármacos sustanciaría, a su vez, el posicionamiento estratégico marketiniano que persigue Pharmamar como líder en el desarrollo de fármacos de origen marino, asunto este del posicionamiento sobre el que también se podría hablar muchísimo, por el potencial que implica.
Un proceso de expansión empresarial desencadenado por lurbi (lurbi → incremento investigación → posicionamiento líder) llevaría años, pero en la cotización habría que ver el timing… la exhuberancia irracional de los mercados -plano psicológico- puede hacer el resto entre los 250 euros y los 600 mucho antes de que la expansión se produzca, si no lo ha hecho ya la suma Lagoon+Inforte.
La cuestión “Papá, ¿porqué somos del Atleti?”, aquí se puede reformular como: ¿porqué somos inversores de Pharmamar?. Una vez comprados, hemos podido vender en 120, 100, 80,…, pero aquí seguimos muchos, penando en 3X, en horario 24/7 y a morir, prácticamente, como buenos atléticos. La progresión exponencial que puede alcanzar la empresa y la cotización es solo una posibilidad, pero que exista la posibilidad -que existe en muy pocas cotizadas- de multiplicar por 10 o por 20 la cotización contra perder un 20% o 30% adicional, es quizás la respuesta a esa pregunta.