las empresas de co-working puro, como WeWork, se han ido a tomar por saco, o están tratando de negociar con los dueños de los edificios cambios de condiciones, como era previsible ante una crisis: asumir deuda a largo plazo (esto es, los alquileres de los edificios a 10-15 años) con ingresos a corto ("trocear" el edificio en espacios de trabajo y subarrendarlos sin ningún compromiso de permanencia a tus sub-arrendatarios) va muy bien en época boyante, pero en cuando decae la fiesta, te comes tus maravillosos espacios de co-creación.
Y encima ahora están entrando los hoteles como Meliá, que te alquilan la habitación durante el día con barra libre de café, acceso al spa,etc, o tb alquilan las salas de conferencias para reuniones de empresa. Con lo cual les acaban de rematar.