Estaba ayer por la mañana escuchando por la radio una entrevista a Gabriela Bravo, la portavoz del Consejo General del Poder Judicial defendiendo el sistema judicial español y sosteniendo, contra todo y contra todos los que la entrevistaban, que los jueces se hinchan a trabajar y que la mayoría de ellos incluso se lleva el trabajo a casa para continuar por la noche.
Unas pocas líneas le bastan a Borges para describir la esencia de la codicia de un hombre y de la posible locura de otro.
Ocurrió hace casi veinte años, pero recuerdo perfectamente, como si hubiera sido ayer, el horror que me produjo el crimen de Olga Sangrador, aquella niñita de nueve años que fue torturada y asesinada por un hijo de puta con cuyo nombre no tengo intención de manchar este blog.
El ciudadano tiene derecho a recibir información general y actualizada sobre el funcionamiento de los juzgados y tribunales y sobre las características y requisitos genéricos de los distintos procedimientos judiciales.
Benito es asesor fiscal pero yo creo que su verdadera vocación es ser torturador porque estuvo durante días sometiéndome al quinto grado interrogándome una y otra vez acerca de cierta inversión inmobiliaria que quería hacer pero que no se atrevía porque los vendedores no acababan de darle buena espina.
Resulta que me he enterado (esto es como El Confidencial pero sobre subastas) de que a un subastero del norte le ha llegado un escrito del juzgado exigiéndole la devolución inmediata del piso que se adjudicó en subasta hace un porrón de meses y en el que el juzgado había hecho la diligencia del Lanzamiento hace apenas unos días.
Hoy la he vuelto a ver y ha sido como despertar de un sueño cayéndome de la cama. Era guapa que te rilas y ahora no es más que un engendro, un adefesio, una aberración de la naturaleza. Supongo que una degeneración tan brutal solo la puede haber causado la droga.
Una de las ventajas de ser subastero es que no trabajamos los días en que los jueces no han señalado subastas y estos, que tampoco son tontos, no señalan ninguna subasta en las cercanías de vacaciones escolares o de posibles puentes. De esta manera, los subasteros disfrutamos de tantas vacaciones como los colegiales, o como sus profesores, que tampoco son mancos.
Ahora resulta que dar hipotecas a cualquiera (los famosos ninja) debería ser delito y además debería de eximir a los hipotecados de la obligación de pagar las cuotas y, sobre todo, de perder la propiedad una vez han dejado de pagar la hipoteca.
No se qué os habrá parecido este relato verídico que le ha sucedido a uno de los lectores del blog Subastas judiciales. En principio yo estoy tan sorprendido como él y lo primero que se me ha ocurrido es que es un relato perfecto para ser publicado hoy 28 de diciembre. Las elucubraciones os las dejo a vosotros.
Qué os parece una tormenta de ideas para asesorar debidamente a esta chica. ¿Se os ocurre alguna idea?
Lo que voy a relatar a continuación, el encuentro sumamente desagradable que he tenido esta mañana, me ha dejado con gran pesadumbre en el animo. He visitado una vivienda del Madrid más céntrico y me he encontrado con una familia cuyos miembros se quedaron sin empleo hace ya tantos años que ya ni recuerdan lo que es trabajar.
Magnífico reportaje de El Confidencial TV que muestra la realidad diaria de la escasez de postores en las subastas judicales actuales
 
Me he quejado en muchas ocasiones de los demandados marrulleros que hacen mil barrabasadas con tal de permanecer en sus viviendas subastadas todo lo que la anquilosada maquinaria judicial les permita. Algunos incluso tienen la desvergüenza de pedirme que les asesore sobre cómo alargar los plazos.
La consulta que ha desbordado el vaso de la paciencia y mostrado la falta de vergüenza que se puede llegar a tener es la siguiente "Hola me gustaría saber que sucede si firmas la entrega de una vivienda en una dación en pago y luego no entregas la llaves cuanto tiempo pueden tardar en echarte?"