Buenos días a tod@s, acabo de leer y me habéis dejado de piedra. Las mutuas son de lo que no hay. Unos sinvergüenzas y las personas con menos empatía que existen.
A mi también me la jugaron. Cuando empecé con mi proceso, me dieron baja laboral. Tras varios días que me mandaran al servicio médico de mi empresa y decirme allí mismo que yo tenía un problema agudo, llegó un día que me levanté sin poder mover el brazo ni girar el cuello y me dieron baja laboral. En la mutua, me hicieron electromiograma , placas y dos resonancias de cuello y hombro. Salió que tenía TODAS mis cervicales con hernias discales, estenosis foraminal, artrosis, radiculopatia motora crónica C6 y tendinitis calcificante de supraespinoso e infraespinoso con bursitis asociadas en ambas. Más una contractura en el trapecio que de lo inflamada que estaba se veía como una joroba.
Me dice el médico de la mutua que sólo me van a tratar la contractura porque lo demás no es laboral. Se dedican a hacerme punciones secas que no hacen nada y como no me hacían nada, me dice que me da el alta. Le digo...como voy a ir, si trabajo en una cadena de producción con los brazos levantados y manejando peso? No puedo ni levantar el brazo!... pues siéntate coge y haz cosas sin peso así ( hizo el gesto de desenrollar un caramelo con las manos) y me da el alta indicando que prácticamente estaba recuperada!. Fui a mi médico de cabecera, me dio la baja y él mismo mandó una queja a salud laboral. Me citaron y dijeron que desgraciadamente mis lesiones no se consideran laborales ( todo lo relacionado con espalda no se reconoce enfermedad laboral,a no ser que se deba a un accidente trabajando, porque es degenerativo,. Y porque por supuesto, las cervicales y lumbares son lo que más se resienten trajando, por supuesto) y que estaba claro que por mis puestos de trabajo yo estaba así, ya que aunque sea degenerativo, yo entonces tenia 46 años y el cuello peor que una persona de 80, me dijeron. Y que estaba claro que no estaba para trabajar y que lo que me dijeron en la mutua fue una aberración.
Al final, me dieron la incapacidad permanente total de oficio, directamente sin tener que ir a juicio. Sinceramente, casi mejor que me la trataran por enfermedad común. Si hubiera seguido en la mutua, me hubieran hecho un rápido y mal tratamiento, u operado ( en la seguridad social me indicaron que una operación de cuello no me iba a mejorar mis múltiples patologías) y no hubiera conseguido seguramente la incapacidad. Lo único que me operó la seguridad social fue el hombro, porque todos los tratamientos anteriores ( medicación, rehabilitación, infiltraciones y lavado ecoguiado) no funcionaron.