Desde el inicio de este blog, hace más de 10 años, Javier y yo hemos hablado en muchas ocasiones de la importancia de la psicología en los mercados financieros y de cómo aprender sobre finanzas conductuales (behavioral finance).
Los discursos pesimistas tienen algo, no sé qué exactamente, que los hace parecer más inteligentes o más elaborados que los optimistas.
Desde luego que el capitalismo salvaje no es adecuado a mi idea de justicia (ni de ética). Pero está claro que al final funciona cuando no tienes escrúpulos: no hay más que ver el tema de los fondos "unethical"
Pienso que el analista técnico debería separarse de estos métodos a los que podríamos poner un nuevo nombre, como análisis esotérico, por ejemplo, y separarlos definitivamente de cualquier manual o curso de análisis técnico serio.
Desde que empecé el blog, tenía en mente dedicar uno de sus apartados a la formación (que tanto me gusta y tanto llevo en la sangre: soy hijo, nieto y bisnieto de profesores). Empezaré por el dato de P.I.B., haciendo un poco más de caso al americano por ser el más importante y el que más influencia tiene en los mercados (nos guste o no, así es).
Quiero hablar del orgullo. De la gran cantidad de orgullosos que regalan cada día su dinero al mercado. De lo complicado que es el orgullo como defecto humano y lo peligrosísimo que es como defecto en los mercados.
Para mi no vale que alguien diga que cree o no cree en determinado tipo de análisis porque sí, o porque tal o cual analista se equivoca muchísimo, o porque una vez creyó ver un hombro-cabeza-hombro y perdió dinero. A mi tiene que demostrarme si funciona o no. Con estudios. Con hechos.
Quería aprovechar rápidamente unas líneas del blog para saludaros y deciros hola. Como véis, acabo de llegar a Rankia. Quiero dar las gracias al equipo de Rankia, y especialmente a Miguel Arias por ser para mi su cara visible, por darme la oportunidad de pasar a escribir en su espacio. Espero que tanto los post antiguos como los nuevos que vaya haciendo sean de vuestro
Este sábado por la tarde vi una vez más "Una mente maravillosa", esa excelente película basada en un menos conocido -en España- pero también excelente libro de Sylvia Nasar donde se narra la vida de ese gran genio de la Universidad de Princeton: J Nash.
Y no pongo nada más en el título porque juntar las palabras libro y economía nos debería llevar a pensar siempre en el manual de Samuelson y Nordhaus.
Es posible que Paul A. Samuelson (primer premio Nobel de economía americano, por otro lado) no sea el mejor economista de este siglo pasado (es muy pretencioso decir "el mejor" en lo que sea) pero desde luego, sí que es uno de los más influyentes,