Se dice, y con razón, que si suben mucho los tipos de interés, especialmente los de los bonos, se convierten en una buena alternativa a la renta variable.
En febrero del año pasado publiqué un artículo (2) en el que insistía en que la famosa “burbuja” no estaba en la renta variable, sino en la renta fija. Quienes llevan años hablando de la famosa burbuja de la renta variable no han tenido en cuenta la variable más importante a la hora de valorar.
Si existe una consecuencia clara de la invasión de Ucrania es que la inflación será mayor que la prevista antes de la guerra. Ya ni siquiera Christine Lagarde habla de inflación temporal, sino todo lo contrario. la esperanza es que al menos no sea tan alta como la que tenemos ahora mismo.
Mientras nuestros políticos estaban a otras cosas, en Norteamérica se iniciaba un proceso que no requirió crear un ministerio, una subdirección general, ni siquiera una comisión: la revolución digital.
Por algún motivo, en los mercados hay una clara tendencia hacia los maximalismos. Y a dar por verdades absolutas cuestiones que necesitan ser matizadas. Ahora mismo se escucha por todos lados eso de que “las bolsas bajan si suben los tipos de interés”, referido en esta ocasión al mercado.
Las empresas remuneran a sus accionistas básicamente por tres vías: el pago de dividendos, la recompra de acciones y la plusvalía que se produce si la empresa está bien gestionada. Gana dinero, el mercado lo reconoce y el valor sube.
Un mantra que se viene repitiendo en los últimos años entre estrategas y economistas de bancos y sociedades de valores es que la subida que acumula bolsa estadounidense es insostenible.
Pronto sólo comprará bonos el BCEDe acuerdo con las propias previsiones del BCE, en el mejor de los casos la inflación de los próximos cinco años se moverá en el entorno del 1,8 %. Y digo en el mejor, porque actualmente es del 3 % y los programas de estímulo monetario y económico van a relanzar.
El miedo a una crisis ha sido utilizado en los últimos años por muchos asesores como gancho para tratar de captar nuevos clientes.
Comprar de todo suele tener un resultado de “suma cero”, una cartera en la que, cuando unos activos suben, los otros bajan por igual, y viceversa.
La inflación es como el colesterol. Hay un colesterol bueno y un colesterol malo. Con la inflación ocurre algo parecido. Los propios bancos centrales tienen entre sus objetivos que la inflación sea positiva. Eso sí, ligeramente positiva, que es la que consideran “buena”.
Diga lo que diga Hacienda, el ETF es un fondo de inversión. Primero, porque es una institución de inversión colectiva que utiliza un amplísimo colectivo de gente a nivel mundial para invertir.
En el siguiente post Víctor Alvargonzález nos explica donde va a parar el dinero que inyectan los bancos centrales y que parte puede acabar en la economía real
Nextep Finance celebrará el próximo día 20 de febrero a las 19h00, en el Hotel Miguel Ángel de Madrid, una jornada sobre cómo invertir en 2020.
Hoy traemos un gráfico para quienes todavía piensan que el valor añadido en una cartera de fondos está en la selección de gestores.