Hace unas semanas os relataba como me había adjudicado un trastero en Tarancón cuando lo que yo realmente quería comprar era el piso, nuevo a estrenar, que subastaban a la vez.
Guauuu, por fin me han dado la Posesión de cierto piso que compré hace unos meses que me han parecido años.
El pasado jueves comentaba que había participado en una subasta judicial para la disolución de un proindiviso en la que estaba seguro de que no iba a asistir ningún subastero porque en el expediente judicial aparecía una hipoteca de 260.000 euros cuando en realidad la deuda pendiente era de solo 63.000 boniatos.
Por una de esas casualidades de la vida se que una hipoteca a la que aparentemente le quedan por amortizar doscientos sesenta mil euros, en realidad la deuda pendiente se queda en sesenta y tres mil.
En concreto me estoy refiriendo a cierta persona que se vio involucrada hace unos meses en una subasta que yo me había adjudicado por Adjudicación Directa y que finalmente cumplió su palabra y me entregó las llaves del piso que perdió por su mala cabeza.
El interrogatorio entre el estupefacto juez y el especulador de pacotilla es fruto de mi imaginación, pero algo parecido deben estar pensando algunos de los jueces de las Audiencias Provinciales que, lejos ya de la presión mediática del invierno pasado, están ahora rectificando las payasadas de otros jueces de primera instancia que le dieron la razón a estos carotas
Hace algo más de un mes salió a subasta una de las muchas propiedades de ese gran ejemplo de empresarios que fue gestor de Viajes Marsans y que ahora se hospeda gratis en un conocido hotel de la sierra madrileña ubicado en Soto del Real.
Esta mañana me he dirigido muy ufano a cierto juzgado de la sierra con el convencimiento de que la tontería de subastar dos propiedades diferentes, una de Manilva (Málaga) y la otra de Valmaqueda (Madrid), ambas con un mismo y único Tipo de Subasta
Hoy me he vuelto a topar con cierto juzgado de Colmenar Viejo en el que los asuntos no salen adelante o salen a duras penas porque el titular del juzgado o el secretario judicial no resuelven lo que tienen que resolver.
Historia familiar de los años treinta y las consecuencias para hoy al hilo de que algunos demandados pretenden que algún amigo puje en sus subastas para ayudarles a conseguir un precio más elevado.
Que bien, por una vez no nos han dado el disgusto habitual en el consejo de ministros de cada viernes. Al contrario, esta vez Soraya Sáenz de Santamaría nos dio una buena noticia: El Catastro y el Registro de la Propiedad intercambiarán datos de los inmuebles y además alguna otra novedad interesante que comentaré al final.
El local que se subastaba era el que está entre el portal y el local en bruto y se trata de una cafetería perfectamente montada y lista para ser explotada. Por supuesto vale mucho más que su local vecino, que es el que los otros subasteros creían que salía a subasta, motivo por el que fueron incapaces de igualar mi oferta.
No los hiciste a pesar de que ahora lo tienes más fácil que nunca porque apenas sale nada que sea realmente interesante, en contraste con los años noventa, cuando salían tantas subastas golosas que había que investigarlo todo a toda leche
Hace unas semanas os mostré el facturón de más de tres mil euros que me había pretendido colar la voracidad de un registrador de la propiedad. Aquel no fue más que el primer round de una batalla que va a ser larga, o no.
Muchos subasteros que me conocen se sorprenden cuando les comento que no me interesa comprar plazas de garaje ni trasteros.