Benito andaba detrás de la subasta de un piso de su barrio por el que se le iban los ojos. El caso es que la subasta presentaba algunos inconvenientes no menores como por ejemplo que el demandado no lo tenía inscrito en el Registro de la Propiedad o que se estaba ejecutando en otro juzgado una hipoteca anterior que estaba a nombre del anterior propietario.
Existe una gran confusión acerca de las cargas preferentes en las subastas judiciales, de las que ya comenté algo.Hoy voy a tratar de centrar un poco más el asunto porque aún hay mucha gente acongojada por embargos posteriores a los que consideran preferentes por el simple hecho de ser de organismos de la Administración como hacienda o la Seguridad Social.
A Ciberet y a Idealista me he enterado de que un juez Guipuzcoano le ha empapelado a una pareja de ocupas y les ha metido una multa de 720 euros por colarse en una vivienda vacía y permanecer en ella durante cinco meses.
Le faltaban pocas asignaturas para licenciarse brillantemente en Derecho con una de las mejores medias de la historia de la Universidad y tenía la intención de opositar a juez en cuanto terminara. Pero una tarde tuvo un mal encuentro -se echó el novio equivocado- y acabó informando a su familia de que había decidido abandonar los estudios.
En los próximos días voy a publicar varios casos de estafas, inmobiliarias o no, de las que he tenido noticia últimamente. La de hoy va de permutas, que siguen siendo una fuente inagotable de conflictos judiciales.
Desde hace algunos meses estoy recibiendo en mi mail numerosas peticiones de algunos amables lectores para que de mi opinión sobre una parida que se le ha ocurrido a algún tonto con mente de estafador de quinta.
Unas pocas líneas le bastan a Borges para describir la esencia de la codicia de un hombre y de la posible locura de otro.
Vaya brasa que nos están dando algunos defensores de causas perdidas con el petardo este de las subastas extrajudiciales. La cosa empezó hace un par de meses cuando alguien descubrió que las ejecuciones hipotecarias llevadas a cabo en las notarías duraban menos tiempo y la subasta se producía antes que en las ejecuciones judiciales.
El contraste con el TREMENDO DESASTRE JUDICIAL español y la penosa situación de la organización judicial de las subastas y prácticamente de cualquier otro asunto susceptible de estar judicializado, el contraste digo, es mayúsculo. Es de tal magnitud que mencionarlo es una perogrullada.
Benito es asesor fiscal pero yo creo que su verdadera vocación es ser torturador porque estuvo durante días sometiéndome al quinto grado interrogándome una y otra vez acerca de cierta inversión inmobiliaria que quería hacer pero que no se atrevía porque los vendedores no acababan de darle buena espina.
Hace un par de días, un lector habitual del blog llamado Javier, que quiere comprar un piso en subasta ayudado por un subastero profesional, me hizo una consulta acerca de los rangos registrales. Su subastero ya se lo había explicado, pero como la cosa le había parecido un poco enrevesada, buscaba que yo se lo confirmara o no.
Resulta que me he enterado (esto es como El Confidencial pero sobre subastas) de que a un subastero del norte le ha llegado un escrito del juzgado exigiéndole la devolución inmediata del piso que se adjudicó en subasta hace un porrón de meses y en el que el juzgado había hecho la diligencia del Lanzamiento hace apenas unos días.
Hoy la he vuelto a ver y ha sido como despertar de un sueño cayéndome de la cama. Era guapa que te rilas y ahora no es más que un engendro, un adefesio, una aberración de la naturaleza. Supongo que una degeneración tan brutal solo la puede haber causado la droga.
Cuando comenté en mi post anterior que a nadie nos sobran los clientes me estaba refiriendo exclusivamente a clientes reales con capacidad y decisión de comprar y no a los muchos que me escriben guiados por una idea equivocada de las subastas judiciales y con la cabeza llena de pájaros. Las solicitudes de estos últimos me salen por las orejas.
Increíble la importancia que le damos los subasteros a tener o no tener clientes e inversores cuando la realidad es que nos beneficiamos muchísimo más invirtiendo nosotros mismos el dinero que si nos limitamos a cobrar una comisión.