Cierre plano en las bolsas europeas, en una sesión en la que el principal foco de interés eran los datos de precios en EE.UU., que como veremos después, superaron mucho las estimaciones consenso.
La jornada comenzaba con pocos movimientos en la apertura de las bolsas europeas, con los inversores a la espera que se publicaran por la tarde los datos de inflación de EE.UU. del mes de octubre, un dato macroeconómico clave para anticipar lo que hará la Reserva Federal con los tipos de interés.
Como decíamos, los índices de valores europeos abrían sin grandes cambios. El Ibex 35 plano, mientras que el Eurostoxx 50 avanzaba un 0,12%.
“Apertura casi plana en las plazas europeas en una sesión que estará protagonizada por el IPC de octubre en Estados Unidos, donde previsiblemente se mantendrá la tendencia al alza, +5,9%e en tasa general (vs +5,4% anterior) y +4,3%e subyacente (vs +4% anterior), lo que podría volver a generar nervios en los mercados”, afirmaban los analistas de Renta 4 en apertura, añadiendo:
Ya hemos conocido los datos de inflación en China, donde la presión se mantiene en los precios a la producción en octubre +13,5% (vs +12,5%e y +10,7% anterior), aunque los precios al consumo se mantienen contenidos: IPC +1,5% (vs +1,4%e y +0,7% anterior), mucho más que en otras áreas geográficas, tal y como podremos ver en el dato americano o en el IPC final de octubre en Alemania que previsiblemente confirmará su repunte hasta +4,5%.
Aun a pesar de que los niveles de inflación se mantengan elevados a corto plazo, una situación que persistirá hasta que no se vaya dando solución a los cuellos de botella y el elevado coste energético, reiteramos nuestra idea de que no estamos en un escenario estanflacionario.
Y es que ese es actualmente el mayor riesgo de los mercados de acciones: Un escenario de estancamiento económico y presión de precios.
¿Qué pasaría en las bolsas si llegara la estanflación?
Danske Bank contesta a esta vital pregunta.
"Vemos alrededor de un 30% de posibilidades de que se desarrolle un escenario de estanflación. Un factor clave detrás de este escenario es que las limitaciones de la oferta, como la escasez de mano de obra y los problemas de la cadena de suministro, persisten durante más tiempo de lo esperado, reduciendo la producción potencial y provocando un aumento adicional de las presiones salariales, lo que posiblemente se traduzca en una mayor inflación", afirman los economistas de Danske Bank en una reciente entrevista en El Economista.
Estos analistas creen que, aunque los principales bancos centrales subirán sus objetivos de inflación, finalmente se verán obligados a subir sus tipos para que esta inflación no se descontrole. Una subida que prevén será más rápida y pronunciada de lo que descuenta actualmente el mercado.
“Un endurecimiento de la política monetaria en un entorno de crecimiento económico real relativamente bajo, en nuestra opinión, proporcionará un impacto sustancial al sentimiento de riesgo global, reforzado en parte por un dólar materialmente más fuerte, lo que provocará un impacto global que rebajará el precio de las acciones e incrementará las primas en el mercado de bonos, especialmente el segmento de alto rendimiento o high yield", afirma Danske.
Según Danske, las bolsas sufrirían en este escenario, tipos de interés más altos y sin compras de activos, una sensible corrección. Las empresas tendrán más dificultad para financiarse, la inversión será más cara, y el consumo se resintiría.
"Las acciones se han beneficiado durante años de una política monetaria expansiva y de los bajos rendimientos. Por un lado, el coste de financiación ha disminuido y, a pesar del aumento de los niveles de deuda, los índices de cobertura son muy altos".
Por otro lado, una subida de tipos de interés haría más atractiva la inversión en renta fija, lo que dañaría las posiciones en renta variable por el previsible traspaso de posiciones.
“Sin duda, un cambio en la política monetaria es probablemente lo que más puede desafiar las valoraciones de las acciones. Un movimiento brusco al alza de los rendimientos devaluará el argumento de TINA y, en segundo lugar, significará que el valor actual neto de los flujos de efectivo futuros caerá".
Pero y si los Bancos Centrales no suben tipos en el corto/medio plazo.
"En tal escenario, donde la economía está operando cerca de la parte vertical de la curva de oferta, un mayor estímulo resultaría principalmente en una inflación sustancialmente más alta, mientras que el aumento de la actividad económica sería muy limitado", advierten desde Danske Bank.
Desde JP Morgan explicaban en un boletín semanal este verano que "la inflación alta y el crecimiento débil son aspectos negativos para casi todos los activos, puesto que la inflación, generalmente, significa tipos de interés más altos y unos costes más elevados para los insumos. Esto implicaría una caída de los márgenes de beneficio de las empresas". Desde JP Morgan explican que ese fue el telón de fondo en la década de 1970 y principios de la de 1980.
Los economistas de Danske Bank coinciden y destacan que "llegado un momento determinado, la Fed y otros bancos centrales tendrán que endurecer aún más la política monetaria en una etapa posterior, lo que implicaría un mayor retroceso económico y un mayor impacto en los activos de riesgo", concluyen.
A la vista de los malos datos de inflación que se están publicando en las principales economías del mundo, hoy conocíamos el IPC de EE.UU. del mes de octubre que superó ampliamente las expectativas, los temores del Danske Bank estarán completamente justificados.